Sérum casero con vitamina C paso a paso

Cómo se hace sérum casero con vitamina C

Si todavía no has probado el sérum con vitamina C pero has oído maravillas de él solo te podemos decir que son todas verdad… y más.

Para conocerlo a fondo te remitimos a nuestro artículo No puedes prescindir del sérum con vitamina C en el que podrás descubrir con todo lujo de detalles por qué la vitamina C es uno de los mejores ingredientes que puede contener un sérum y por qué el sérum es la mejor forma de llevar la vitamina C a tu piel.

Siendo menos exhaustivos, también aquí te vamos a descubrir las maravillas de la vitamina C y por qué el sérum es el mejor medio para aplicarla en tu rostro y conseguir así gozar de todos sus beneficios.

La vitamina C y la piel

La vitamina C pertenece a las llamadas vitaminas esenciales, aquellas que nuestro cuerpo no sintetiza pero sí necesita para funcionar correctamente y que son prácticamente todas a excepción de la vitamina K y la D (las podemos sintetizar en pequeñas cantidades que, normalmente, son suficientes).

Es fundamental para muchos procesos y para garantizar la salud general del organismo y la de algunos órganos en concreto, entre ellos la piel.

La adquirimos mediante la ingesta, siempre y cuando hagamos una dieta razonablemente equilibrada y sana, pero para que tu piel se beneficie de sus muchas propiedades tienes que aplicarla directamente sobre ella, no hay forma de que lo consigas únicamente tomándola en cantidades suficientes.

La vitamina C en la piel disminuye muy rápidamente cuando esta está expuesta al sol, así que te recomendamos encarecidamente (¡qué expresión más solemne! ¿verdad?) que siempre que vayas a estar al aire libre utilices un protector solar (en realidad deberías hacerlo a diario, con o sin sérum de vitamina C).

Por qué la vitamina C en sérum

Cómo hacer sérum casero con vitamina C

Porque necesitas que llegue a toda tu piel.

El trabajo que la vitamina C realiza en tu cutis se lleva a cabo sobre todo en las capas no visibles de la epidermis y de la dermis, donde se producen la elastina y el colágeno, la melanina y donde tienen lugar los procesos de regeneración y protección, entre otros.

El sérum es un fluido no graso con una gran capacidad de penetración, así que llega sin problemas a todos los estratos cutáneos. Como es un concentrado de activos muy potentes estos se encargan de hacer labores bajo la superficie que ningún otro activo puede realizar si no va en el vehículo adecuado.

Son sus pequeñas moléculas las que le permiten traspasar la barrera epidérmica sin problema, mientras que el resto de productos para el cuidado facial están hechos con moléculas mayores, incapaces de sortear dicha barrera.

La vitamina C pura tiende a cristalizar enseguida, lo que de entrada impediría su absorción, pero formulada con los emulgentes adecuados sí puede ser absorbida sin problema.

Para el tema que nos ocupa, los śerums caseros con vitamina C no pueden hacerse simplemente con agua y vitamina C ni con ninguna otra fórmula que sea a base de excipientes exclusivamente acuosos.

Por otro lado la vitamina C pura (ácido ascórbico) es soluble en agua y no en un medio oleoso, de ahí la necesidad de uno o varios emulgentes, que son compuestos capaces de estabilizar mezclas de ingredientes que de entrada no son miscibles entre sí, como el agua y el aceite.

Aunque otra opción es la de realizar un sérum bifásico: dos fases, una acuosa y otra oleosa, que se mezclan solo en el momento de aplicarlo, agitándolo vigorosamente.

Este tipo de sérums existen en el mercado y dan también muy buenos resultados. De hecho, aquí te vamos a proponer una receta de un sérum así.

Hablando de los sérums con vitamina C que puedes adquirir, nosotros tenemos nuestros favoritos, por si no te animas a hacerlo en casa.

Beneficios del sérum con vitamina C para la piel

Aprende a hacer sérum casero con vitamina C

No vamos a hacer un análisis profundo de la vitamina C (ya te hemos remitido a él) porque lo que aquí nos trae es que aprendas a hacer tu propio sérum casero, pero sí vamos a repasar por encima las maravillas que este ingrediente puede hacer por tu piel.

Da lo mismo el tipo de piel que tengas y el problema o los problemas que la aquejen: la vitamina C es apta para todas las pieles y tiene múltiples formas de mejorarlas.

  • Es uno de los antioxidantes más potentes y de esa característica emanan casi todas las demás.
  • Mejora notablemente la síntesis del colágeno y en consecuencia la tersura de la piel (siempre que esté en una proporción suficiente, del 10% o superior).
  • Elimina manchas y marcas de la piel.
  • Es antiśeptica y, además, limpia el cutis gracias a su delicado efecto exfoliante.
  • Estimula la renovación celular.
  • Mejora la microcirculación cutánea.
  • Aumenta las defensas de la piel.
  • Ayuda a la curación y cicatrización.
  • Hidrata, disminuye la pérdida de agua y protege y regenera la barrera cutánea.
  • Es un gran antiinflamatorio.

Los resultados en tu rostro serán los siguientes, pero ten en cuenta que cada piel es distinta y que los notarás más o menos en función de tus características personales, del estado de tu cuis y de tu edad:

  • Disminución de las arrugas.
  • Recuperación de un tono uniforme y luminoso.
  • Desaparición de pequeñas cicatrices y manchas.
  • Reducción del acné, los granos, etc.
  • Eliminación de la flacidez.

Francamente, lo que te podamos contar aquí no refleja los verdaderos resultados del uso diario de un sérum con vitamina C, que son espectaculares y entusiasmantes. Quédate con el dato de que son, con diferencia, los más demandados del mercado y esta demanda crece cada año.

Antes de hacer sérum casero con vitamina C

Así se hace sérum casero con vitamina C

El único problema de la vitamina C pura es que es muy inestable, se oxida con facilidad, perdiendo sus propiedades y necesita un medio ácido para ser efectiva, lo que puede hacer que elegirla en forma pura no sea la mejor opción para pieles sensibles.

Para estas es mejor utilizar derivados de la vitamina C que son menos potentes pero igualmente efectivos y no suponen ningún riesgo, entre otros motivos porque soportan medios menos ácidos.

Un sérum con ácido ascórbico necesita del apoyo de algún antioxidante e incluso, si quieres que te dure más de unas pocas semanas (entre dos y cuatro, según la fórmula), de la adición de algún conservante.

Para que tenga un efecto real y visible en tu rostro tendrá que contener un mínimo de un 8% de vitamina C y un máximo de un 20% -nos referimos a la forma pura del compuesto- que no deberás superar nunca si no quieres un sérum irritante e inútil.

Verás que en alguna de nuestras recetas te proponemos una concentración inicial del 5% para que la piel se vaya acostumbrando poco a poco. Ese primer sérum no te dará todas las ventajas de este maravilloso ingrediente pero te permitirá empezar a usarlo con seguridad.

Aun así, es muy importante que pruebes cualquier sérum antes de empezar a utilizarlo y más si es de vitamina C, que puede resultar irritante.

Hay que dejar claro que en las concentraciones que te vamos a proponer es totalmente segura, pero también tienes que tener en cuenta que no todas las pieles reaccionan de la misma manera.

La mayor ventaja de hacer tu propio sérum casero de vitamina C es que puedes controlar la proporción de la misma e ir jugando con ella.

La desventaja es que tendrás que hacer el sérum cada poco tiempo, pero verás que los que te proponemos no son difíciles de hacer ni requieren de mucho material ni tiempo.

Tratándose de sérum con vitamina C es fundamental que trabajes en un entorno muy limpio y que los instrumentos y envases que utilices estén desinfectados y secos (el alcohol es un buen desinfectante y se evapora con rapidez).

Para guardar tu sérum deberías elegir siempre un frasco con aplicador de bomba airless, en vez del típico con gotero, para  asegurar la máxima protección y el mejor aislamiento.

Te recomendamos tener siempre a mano dos frascos, para poder limpiar y dejar que seque muy bien uno de ellos mientras utilizas el otro.

Tus manos deben estar limpias y secas antes de empezar y puedes utilizar guantes desechables si lo prefieres (de látex u otro material similar, pero que no tengan polvos adheridos para mantenerlos en buen estado, como pasa con algunos).

Haciendo sérum casero de vitamina C

Otro detalle importantísimo: que el envase que elijas para conservar tu sérum casero sea oscuro u opaco y nunca de plástico blando. Si quieres reciclar alguno que ya tengas y este es transparente, aíslalo de la luz envolviéndolo muy bien con papel de aluminio.

Vas a necesitar:

  • Un peso de precisión.
  • Una o varias cucharas medidoras o una cucharita que te sirva como medida.
  • Un bol o taza preferentemente de cristal: el plástico puede reaccionar con los ácidos y el metal (acero) afecta a estos.
  • Una varilla mezcladora que no sean de metal ni de madera (aquí sí puedes optar por el plástico).
  • Un embudo pequeño (lo suficiente como para que quepa en el frasco que hayas elegido).
  • Tiras reactivas para comprobar el pH.

El mejor lugar para guardar tu sérum casero de vitamina C es la nevera, no lo olvides. Prolongarás su vida útil.

Si tu sérum empieza a cambiar de color tienes que desecharlo y hacer uno nuevo: no es peligroso, ya te lo hemos aclarado, pero deja de ser efectivo y puede teñir temporalmente tu piel y hasta la ropa que lleves.

Prueba cualquier sérum que hagas en una pequeña zona de la piel y déjalo actuar uno o dos días para asegurarte de que no te irrita ni te molesta. Si lo hace, rebaja la cantidad de vitamina C, pero si te produce una reacción excesiva tendrás que descartar la vitamina C pura como opción.

Si a todos estos sérums les añades ácido ferúlico en una concentración de entre el 0,5 y el 1% te durarán más tiempo.

El sérum casero con vitamina C puedes usarlo dos veces al día pero empieza con una vez y deja que la piel se vaya acostumbrando poco a poco a ella.

Sérum básico con vitamina C

Aprender a hacer sérum casero con vitamina C

Estar receta es muy sencilla y barata y el sérum, si lo conservas en las condiciones idóneas, te durará dos meses o algo más.

Compra vitamina C en polvo para cosmética, porque no lleva otros ingredientes que sí contienen las pastillas de vitamina C y que no son necesarios ni recomendables para un sérum.

Ingredientes: 

  • 7,5 g de vitamina C en polvo (ácido ascórbico o L-ascórbico).
  • 12 g de agua desmineralizada.
  •  30 g de glicerina vegetal líquida.

Preparación: 

Disuelve la vitamina C completamente en el agua, que no debes calentar nunca porque entonces la vitamina se degradará.

Cuando esté disuelta del todo (puede llevarte un rato) y no queden cristales, añade la glicerina y mezcla muy bien.

Comprueba el pH con una tira reactiva y hazlo cada pocos días. Debe estar en un rango de entre 3 y 4.

Cuando el pH comience a subir es una señal de que la vitamina C está empezando a estropearse. Entonces deséchalo y haz uno nuevo.

Para alargar su vida puedes poner también unas gotas de vitamina E.

Aplicación: 

Este sérum puedes usarlo tal cual o bien añadir algunas gotas al que utilices a diario, si no tiene vitamina C.

Otra posibilidad es mezclar unas gotas con otras cuantas de gel de ácido hialurónico y tendrás un sérum muy completo (te contamos cómo hacer gel  de ácido hialurónico en este post).

Utilízalo de noche para evitar que la vitamina C se pierda o degrade por la acción del sol, o durante el día con protector solar si no vas a exponer tu rostro al sol.

Si te resulta algo irritante baja la dosis de vitamina C, por ejemplo a 5 g o incluso algo menos y luego, en posteriores preparaciones, vete subiéndola hasta los 7,5 g.

Sérum casero con vitamina C antiedad

Cómo se hace el sérum casero con vitamina C

Este sérum es perfecto para ir corrigiendo las huellas del tiempo en nuestro rostro.

Cuando la vitamina C penetra en la piel permanece en ella hasta 72 horas, así que un sérum bien formulado prolongará sus efectos y, además, garantizará que tu piel disfruta en todo momento de sus muchas ventajas.

Si te animas a hacer y utilizar este sérum podrás ver los resultados en poco tiempo, a veces solo en unos días, según el estado de tu piel: se notan antes la luminosidad y el efecto antioxidante que la desaparición de manchas y marcas, por ejemplo.

Es un compuesto bifásico: las fases acuosa y oleosa solo se van a mezclar cuando lo agites enérgicamente, cosa que debes hacer cada vez que lo uses.

Las cucharadas son rasas.

Ingredientes: 

  • 1/2 cucharadita de ácido ascórbico.
  • 5 cucharaditas agua destilada (es importante que sea destilada ya que el alto contenido de oxígeno en el agua del grifo hará que la vitamina C se descomponga rápidamente) que puedes sustituir por agua de rosas u otro hidrolato que te guste.
  • 5 cucharaditas agua de rosas.
  • 3 cucharaditas aceite de almendras.
  • 1/2 cucharadita aceite de oliva.
  • 3 gotas de aceite esencial de geranio.
  • 3 gotas de aceite esencial de lavanda.

El aceite de almendras protege la piel del daño solar, alivia la inflamación y la irritación, rejuvenece la piel, la suaviza y reduce las cicatrices. Contiene ácidos grasos esenciales y es antioxidante.

El aceite de oliva es rico en vitamina E y ácidos grasos, rellena e hidrata la piel, combate los radicales libres y calma las irritaciones.

El aceite esencial de geranio ayuda a que las cicatrices, marcas, y manchas se difuminen, facilita la microcirculación sanguínea de la dermis, estimula la regeneración de nuevas células, tonifica, regula la producción de sebo cutáneo y combate los radicales libres.

El aceite esencial de lavanda es antifúngico y excelente para el eccema,  reduce arrugas y cicatrices, calma, rebaja la inflamación, regenera la piel y también es antioxidante.

Instrucciones: 

Primero mezcla la vitamina C con el agua destilada y el agua de rosas hasta que se disuelva por completo. Recuerda que no debes calentar el agua bajo ningún concepto.

Ponlo en el frasco en el que vayas a guardar el sérum.

Finalmente, agrega el resto de ingredientes, ciérralo bien y agita.

Si tu piel tolera bien este sérum puedes incrementar un poco la cantidad de ácido ascórbico, siempre que no superes la cantidad de una cucharadita y que vayas incrementando la proporción poco a poco.

También puedes sustituir las esencias por otras que te gusten más o se adapten mejor a tu piel y sus problemas concretos, pero prueba el sérum antes de empezar a utilizarlo.

Ten cuidado porque hay esencias que no pueden aplicarse directamente sobre la piel, así que si quieres probarlas antes tendrás que diluirlas en algún aceite vegetal (una gotita de esencia en una cucharadita de aceite).

Normalmente los fabricantes indican si la esencia es apta para ser usada directamente o no. Si lo es, ponte una gota en una zona discreta de la piel y espera entre 24 y 48 horas a ver si tienes alguna reacción.

Para comprobar el pH del sérum agítalo antes y utiliza entonces una tira reactiva.

Aplicación: 

Puedes usarlo de día (con protector solar) o de noche, pero no olvides agitarlo en cada ocasión.

Si lo de un sérum bifásico te  parece una locura te aseguramos que funcionan muy bien, tienen muchas ventajas y hay fabricantes que los preparan así por esa misma razón.

Te durará un par de semanas o tres. Si quieres alargar un poco la vida de este sérum puedes añadirle vitamina E en aceite, hasta tres gotas: te servirá  como antioxidante y como activo y si tu piel no es grasa puedes añadir incluso todo el contenido de una perla o cápsula (unas 5 o 6 gotas). Eso sí, asegúrate de que solo es vitamina E, sin más añadidos.

Sérum casero con vitamina C extraída de cáscaras de naranja

Recetas de sérums caseros con vitamina C

Esta receta es totalmente casera y funciona muy bien.

Te contamos primero como obtener la vitamina C de las cáscaras de naranja y después cómo hacer el sérum con ella.

Para conseguir la vitamina C

  • Ralla la cáscara de dos naranjas, pero sólo la cáscara, sin llegar a la parte de blanca inmediatamente anterior a la fruta.
  • Pon la cáscara rallada en un recipiente apto para cocinar, agrega una taza de agua y calienta hasta que hierva.
  • Cuando empiece a hervir baja la llama o reduce la temperatura del fuego hasta un punto medio-bajo, para que siga hirviendo despacio y reduciéndose.
  • Mantenlo así durante unos 10-12 minutos para que la mezcla se concentre y la vitamina C de la cáscara pase al agua.
  • Retira del fuego y cuela o filtra el líquido para que no queden restos sólidos.
  • Déjalo enfriar.

Ingredientes: 

  • La vitamina C extraída de las cáscaras de naranjas ya fría.
  • Una cucharada de gel o jugo de aloe vera (puedes comprarlo o tomarlo de alguna planta que tengas)
  • Una cápsula o perla de vitamina E.

El aloe vera sirve en este sérum como vehículo y también como activo. Es un gran antiinflamatorio y regenerador de la piel, está lleno de vitaminas y minerales, cura, cicatriza, hidrata y mejora notablemente la barrera cutánea. Además, aporta frescura y evita la aparición de arrugas, aunque no elimina las que ya existen (pero cuentas para eso con la vitamina C).

Instrucciones: 

Mezcla el gel de aloe vera con el jugo de vitamina C que has preparado, hasta que te quede todo uniforme y si grumos.

Añade de dos gotas a todo el contenido de vitamina E en función de lo grasa que sea tu piel, porque es una vitamina oleosa y puede resultarte molesta.

Si la mezcla resultante te parece demasiado líquida puedes añadir un poco más de gel de aloe.

Comprueba el pH, que no debe ser superior a 4 (entre 3.2 y 3.5 es perfecto). Puede durarte un mes si lo conservas en la nevera, pero haz comprobaciones periódicas del pH para controlarlo.

Aplicación: 

Puedes utilizarlo tanto de día como de noche, pero no olvides ponerte un protector solar durante el día.

Si a cualquier sérum que suelas utilizar le añades, en cada aplicación, algunas gotas de este (dos o tres) lo convertirás en un sérum con vitamina C.

Sérum casero básico de vitamina C a distintas concentraciones

Sérum casero con vitamina C: algunas recetas

Te dejamos una guía para que puedas preparar el sérum de vitamina C a la concentración que prefieras.

No empieces nunca con una concentración superior al 10% si no has usado un sérum con vitamina C antes y, desde luego, el mejor sistema es empezar por la receta más suave.

Es verdad que la vitamina C al 5% apenas tiene incidencia en la síntesis de colágeno, pero es más seguro hacerlo así y si no tienes problemas (no suele pasar) en cuanto empieces con el 10% la producción de colágeno de tu piel se reactivará.

Para hacer cualquiera de estas recetas te aconsejamos utilizar cucharitas medidoras pequeñas y preparar poca cantidad, porque tienen una vida media corta (entre una y dos semanas) a no ser que les añadas conservantes y antioxidantes.

Sérum casero básico de vitamina C al 5%

  • 1/4 cucharadita de vitamina C en polvo.
  • 4 cucharaditas de agua destilada.
  • 3/4 cucharadita de glicerina.

Sérum casero básico de vitamina C al 10%

  •  1/4 de cucharada de vitamina C en polvo.
  • 2 cucharadas de agua destilada.
  • 1/4 de cucharada de glicerina.

Sérum casero básico de vitamina C al 15%

  • 3/8 de cucharada de vitamina C en polvo.
  • 2 cucharadas de agua destilada.
  • 1/8 de cucharada de glicerina.

Sérum casero básico de vitamina C al 20%

  • 1/4 de cucharada de vitamina C en polvo.
  • 3/4 de cucharada de agua destilada.
  • 1/4 de cucharada de glicerina.

Si prefieres utilizar jugo de aloe vera en vez de glicerina mantén las cantidades y rectifica la receta una vez hecha, si te parece demasiado densa o demasiado acuosa. Eso sí, hazlo poco a poco, añadiendo algo más de agua o aloe (según lo quieras más líquido o algo más denso) en muy pequeñas porciones.

Instrucciones: 

En un bol o una taza -ya sabes, todo muy limpio y seco- disuelve la vitamina C en el agua destilada (o algún hidrolato que te guste, con la ventaja de que pueden llevar conservantes naturales que prolonguen algo la vida de tu sérum).

Agrega la glicerina (o el aloe vera) y pásalo al un frasco. Cierra bien y agita hasta lograr una mezcla homogénea.

Comprueba el pH.

Si tienes la piel sensible

Recetas de sérums caseros con vitamina C

En ese caso te recomendamos que fabriques la fórmula del 10% de vitamina C pero que sustituyas esta en su forma pura (ácido ascórbico) por fosfato de ascorbilo de magnesio.

Tu sérum tendrá que tener un pH de entre 6 y el 7.

La pega de este derivado es que tiene poco o nulo efecto sobre el colágeno, pero te durará más que un sérum hecho con vitamina C pura.

Si prefieres un derivado que sí incida en la síntesis del colágeno utiliza entonces el glucósido de ascorbilo (ascorbyl glucoside) en una concentración del 5%.

Obtendrás un sérum más suave y más lento en su trabajo, pero muy seguro y estable, por lo que te durará bastante más tiempo. El pH debe estar entre 6.5 y 7.5 así que ya sabes, cuando empiece a descender desecha el sérum.

Para sueros que usan ácido ascórbico (o L-ascórbico), el pH debe estar entre 2.5 -3.5 y entre 3.0-3.5 para pieles sensibles. Cuando la medición supere el pH 4 descarta el sérum.

Puedes preparar alguno de estos sérums básicos y utilizarlos junto con tu sérum diario para añadir a este todos los beneficios de la vitamina C sabiendo que tienes el control de su estado y su concentración, pero ten en cuenta que siempre que los añadas a otro sérum estarás rebajando la proporción de vitamina C.

Para no hacerlo la mejor opción es que apliques primero uno, lo dejes penetrar durante unos minutos y luego apliques el otro. Empieza con el que sea más ligero, más fluido.

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