No puedes prescindir del sérum con vitamina C

Por qué un sérum con vitamina C

Así de claro te lo decimos.

No es casualidad que sea uno de los ingredientes más demandados por los consumidores a la hora de comprar un sérum ni que muchos sérums lo incorporen.

Unas pinceladas sobre la vitamina C

La vitamina C es la más estudiada de entre todas las vitaminas, lo que quiere decir que es la más conocida y todo lo que se sabe y se va comprobando sobre sus efectos en la piel viene a afianzar la buena prensa que tiene.

Antes de meternos en faena, ahí van unos cuantos datos sobre la vitamina C y su importancia en nuestra salud.

Se trata de una vitamina esencial, es decir, que el cuerpo no produce por sí mismo, así que necesita un aporte que, además, tiene que ser diario porque el organismo la utiliza en muchos procesos metabólicos fundamentales y elimina el sobrante todos los días, lo que significa que no existe el peligro de un exceso a no ser que consumas cantidades ingentes de la misma y en estado puro, o lo que es lo mismo, sintetizada.

Su falta puede provocar trastornos importantes y enfermedades graves  como el escorbuto, que supuso en la antigüedad un gran problema. Afortunadamente hoy en día la dieta garantiza los mínimos sobradamente.

Es imprescindible para la absorción del hierro, la síntesis del colágeno (que tiene a su vez un papel primordial no solo en la salud y juventud de la piel, sino en los huesos, músculos, tendones, articulaciones, vasos sanguíneos y en general, todos los tejidos), la curación y cicatrización de heridas o lesiones, la lucha contra los radicales libres (que afectan a las células de todo el organismo, no solo a la piel), el correcto funcionamiento del hígado y el sistema digestivo así como del sistema inmune, el corazón, la producción de hormonas, la hidratación y resistencia de los tejidos y mucosas y el mantenimiento de los niveles saludables de energía.

En teoría con las cantidades que ingerimos mediante la dieta tenemos más que suficiente, pero esta teoría hace aguas si la analizamos mínimamente:

  • En muchas ocasiones nuestra dieta es abundante, sí, pero no tan sana como debería.
  • El estrés de la vida actual también es una fuente de cansancio y oxidación.
  • El tabaco aumenta mucho la necesidad de vitamina C porque acelera su pérdida y además, los tejidos necesitan más para contrarrestar el daño que les produce.
  • La exposición al sol en cualquier época del año dispara la oxidación de los tejidos, sobre todo -pero no únicamente- la de la piel.
  • La contaminación también oxida y disminuye la cantidad de vitamina C.

Así, sin que de entrada exista un riesgo de llegar a una carencia preocupante, lo cierto es que puede ocurrir que la ingesta diaria no dé para cubrir las necesidades holgadamente y garantizar el mejor estado de todos los procesos en lo que está implicada.

El sérum y la vitamina C

El sérum con vitamina C para la piel

Es fácil llegar a la conclusión de que si el cuerpo no tiene la suficiente cantidad de vitamina C para funcionar en las mejores condiciones, la piel tampoco, con la desventaja de que es nuestro mayor órgano y el que continuamente está en contacto con el mundo exterior y, por lo tanto, el más expuesto.

Pero hay más: una piel perfecta necesita de un aporte tópico de vitamina C para estar por encima de la media, ya que hay beneficios que no se pueden obtener solo con la ingesta o, dicho de otra manera, incluso con los niveles óptimos de vitamina C, si quieres una piel espectacular tienes que «dársela de beber»directamente.

A la piel le afectan la oxidación en todas sus versiones (el sol es el mayor peligro en este sentido, con diferencia), la falta de hidratación y la degeneración del tejido conectivo (también llamado conjuntivo), formado básicamente por el colágeno y la elastina.

Lo que es peor: es imposible evitar que estos problemas se reflejen en el cutis de muy diferentes formas, ninguna de ellas agradable ni estética: deshidratación y sequedad, manchas, arrugas, señales y cicatrices, etc.

Las hidratantes, con todas las ventajas que supone su uso diario, no pueden atajar estos inconvenientes más que en las capas superficiales de la piel, las más externas de la epidermis.

El gran inconveniente es que la mayoría de ellos tienen su origen en las capas profundas de la epidermis y en la dermis, lugares a los que ni la mejor hidratante del mundo puede llegar (aquí te explicamos por qué con detalle).

Para actuar en estas zonas inasequibles de la piel hace falta un producto que supere fácilmente la barrera cutánea y pueda penetrar hasta alcanzar esos estratos ocultos.

También es imprescindible que este producto pueda hacer algo más que un mero trabajo cosmético (estético), porque tiene que ser capaz de suplir las carencias de la piel pero, por encima de todo, tiene que conseguir arreglar lo que no funciona y estimular los mecanismos que se van deteriorando.

Hace falta, pues, un producto que cure, que esté más cerca de lo farmacéutico que de lo cosmético.

Hablamos del sérum, cuyas principales características son:

  • Moléculas muy pequeñas que penetran en la piel con facilidad y rapidez.
  • Ingredientes potentes.
  • Alta concentración de activos (incluso más de un 70% frente a la de las cremas que suele estar entre un 4 y un 10% en el mejor de los casos).
  • Todos son ligeros, más o menos fluidos y no comedogénicos (no obturan los poros), ya que de otra forma la piel no podría absorberlos.
  • Se precisa muy poca cantidad en cada aplicación para cubrir el rostro, el cuello y el escote gracias a su concentración y su fluidez.

Solo un sérum con vitamina C puede aportarte todos y cada uno de sus beneficios en todas y cada una de las capas de la piel.

Y lo hace magníficamente.

Todos los beneficios del sérum con vitamina C

El sérum con vitamina C es mejor

Bueno, ya sabes que los titulares tienen que ser llamativos. Para curarnos en salud reconocemos que es posible que alguno de los muchísimos beneficios de los sérums con vitamina C se nos quede en el tintero… incluso que en el tiempo que pase desde la escritura de este artículo a su publicación se descubran nuevas maravillas sobre este ingrediente casi mágico.

Pero vamos a intentar se exhaustivos.

Tienes que saber que la vitamina C es perfecta para cualquier tipo de piel y mejora todos los sérums en los que está presente, traten el problema que traten. Puedes comprobarlo en nuestro análisis de los mejores sérums con vitamina C.

El sérum con vitamina C es antioxidante

La vitamina C está considerada como uno de los antioxidantes más potentes y efectivos.

La oxidación es un proceso natural y necesario y para combatirlo o limitarlo el organismo cuenta con recursos suficientes y muy efectivos. Sin embargo, cuando la oxidación se descontrola y el cuerpo no puede responder se produce el llamado estrés oxidativo, que nos deja a merced de sus nefastas consecuencias (Así es un sérum antioxidante).

Para la piel (que tiene sus propias defensas oxidativas) estas consecuencias se traducen en todo aquello que identificamos con la mala salud cutánea y la vejez: sequedad, arrugas, manchas, cicatrices, falta de elasticidad, aspecto apagado y gris, flacidez, etc.

La buena noticia es que los antioxidantes no se limitan a frenar la oxidación en curso ni a prevenirla, sino que son capaces de revertir el daño que ya está hecho y en este sentido el trabajo de la vitamina C en el rostro es muy visible cuando se utiliza a diario.

Como el poderoso antioxidante que es, la vitamina C repara, mejora y previene los efectos de la oxidación:

  • Reduce la muerte celular prematura y las posibilidades de que el ADN resulte afectado.
  • Reduce la liberación de citocinas, que son compuestos inflamatorios.
  • Reduce el daño resultante de la exposición a la luz ultravioleta (UV).

Casi todos los beneficios de la vitamina C se derivan de su acción antioxidante, como vamos a ver.

El sérum con vitamina C protege la piel del sol

Desde luego no realiza las mismas funciones que los protectores solares ni puede sustituir a estos, pero mejora la respuesta cutánea a la agresión solar.

La luz ultravioleta hace disminuir la cantidad de vitamina C presente en la piel y los efectos varían dependiendo de la intensidad y el tiempo de exposición, así que la aplicación tópica en sérum garantiza una mayor y mejor protección que a la larga redunda en una mayor resistencia y una menor incidencia de los daños y el fotoenvejecimiento.

Lo que no significa que puedas prescindir del protector solar o que puedas abusar del sol: no olvides que es el principal causante del deterioro prematuro de la pie en todos los aspectos.

De hecho, si quieres una protección fabulosa, utiliza a diario sérum con vitamina C y un bloqueador solar con un FPS de 50+ o superior.

Conoce a fondo el sérum con vitamina C

El sérum con vitamina C devuelve tersura a la piel

Es uno de lo grandes estimuladores de la síntesis del colágeno y el colágeno es vital para mantener la piel firme y elástica.

Las moléculas de colágeno son demasiado grandes para penetrar el la piel, pero existen muchos activos que mejoran su producción y los mecanismos que la regulan, siendo la vitamina C uno de los mejores entre estos.

Los procesos cutáneos van degradándose con el tiempo pero el ácido ascórbico (vitamina C) consigue revitalizarlos a ojos vista.

La oxidación afecta a los lípidos, las proteínas y el ADN de las células: el colágeno y la elastina son la proteínas encargadas de dar cuerpo, flexibilidad y resistencia a la piel, son algo así como el andamiaje de esta.

Un estudio publicado en septiembre de 2015 demostró que la aplicación tópica de vitamina C aumentó la producción de colágeno entre todos los participantes en el estudio independientemente del grupo de edad al que pertenecieran. Los participantes del estudio notaron los efectos después de 40 días de tratamiento y estos fueron incluso mejores tras 60 día de aplicación.

El sérum con vitamina C reduce las manchas

Hay estudios que revelan la relación entre el uso tópico de vitamina C y la reducción de la síntesis de melanina, que es la responsable directa de la aparición de manchas asociadas a la exposición solar, la edad y los cambios o las alteraciones hormonales, así como a algunos medicamentos fotosensibilizadores.

El sérum con vitamina C estimula la renovación celular

Gracias a su suave efecto exfoliante promueve la limpieza profunda de la piel y la eliminación de las partículas de suciedad, los restos de maquillaje y la células epiteliales muertas que no se desprenden por sí mismas, siendo a veces las causantes de infecciones y brotes de acné.

Esta labor facilita y dinamiza enormemente la constante renovación celular que tiene lugar el todas las capas cutáneas.

El sérum con vitamina C combate las bacterias

Efectivamente, tiene propiedades antibacterianas que unidas a la estimulación del sistema autoinmune cutáneo la convierten en uno de los mejores aliados para las pieles grasas y/o con acné.

Además regula la producción del sebo natural.

El sérum con vitamina C es un increíble antiinflamatorio

Sérum y vitamina C hacen la pareja perfecta

Ya lo hemos mencionado pero es preciso insistir porque no hay piel que no sufra algún grado de inflamación ya que esta es una de las primeras respuestas del organismo ante cualquier agresión y la piel está sometida a continuas agresiones.

Tengas la piel seca, grasa, mixta, sensible e incluso normal, siempre estará expuesta y dispuesta a inflamarse a la menor provocación. Los efectos calmantes y reparadores de un buen ingrediente antiinflamatorio son necesarios a diario.

El sérum con vitamina C elimina cicatrices y marcas

La combinación de varios de sus increíbles efectos se manifiesta, efectivamente, en la desaparición de cicatrices y marcas del rostro por dos vías principalmente:

  • La exfoliación va eliminando las capas externas de la piel y promoviendo su renovación con células sanas.
  • El equilibrio en la melanogénesis (producción de melanina) va suprimiendo las diferencias en el tono que este tipo de señales dejan en la superficie cutánea.

El sérum con vitamina C es un gran hidratante

Evita la pérdida excesiva de humedad, mejora la barrea cutánea, la línea de defensa básica de la piel, atrae la humedad y ayuda a retenerla, y más cuando se combina con otros ingredientes hidratantes.

Se sabe que el uso tópico de la vitamina C promueve la síntesis de los lípidos cutáneos, lo que explica en parte cómo trabaja para la mejora del estrato córneo (la capa más exterior de la epidermis).

El sérum con vitamina C mejora las defensas y la circulación de la piel

Otra de las formas en que contribuye a un cutis sano y perfecto: tanto en la epidermis como en la dermis tenemos receptores que se conectan con el sistema inmune y en la dermis existen capilares que transportan los nutrientes y limpian las toxinas, por lo que una microcirculación cutánea óptima es una garantía de piel drenada, limpia y oxigenada.

El sérum con vitamina C es apto para todas las pieles

Sérum con vitamina C para todas la pieles

Y tiene beneficios específicos para cada una, así como para cualquier problema.

Las pieles extremadamente sensibles pueden necesitar concentraciones más bajas de este ingrediente, pero nunca deberían privarse de utilizarlo y aprovechar todos sus beneficios: la vitamina C aplicada directamente sobre la piel es hasta 20 veces más potente que ingerida.

Diferentes formatos de la vitamina C en un sérum

A la hora de formular un sérum con vitamina C pura surgen algunos inconvenientes derivados de la naturaleza de esta:

  • Es muy intestable.
  • Necesita un pH bajo, muy ácido, para ser efectiva.
  • Se oxida y degrada rápidamente por efecto de la luz, el contacto con el aire y la temperatura.

Por lo tanto, para hacer un sérum con vitamina C pura es necesario tener todos estos puntos en cuenta.

Un sérum con un pH definitivamente ácido (de alrededor del 3.5, siempre por debajo de 4) no es apto para todas las pieles y puede resultar irritante para muchas de ellas.

El pH ácido condiciona la fórmula impidiendo que se puedan añadir algunos ingredientes, como la niacinamida (vitamina B3), que precisan un entorno menos ácido para resultar efectivos.

Los sueros con vitamina C pura (ácido ascórbico o L-ascórbico) tienen una vida media limitada y propensión a la oxidación.

En este punto es importante dejar claro que la vitamina C es transparente, no es naranja ni amarilla. De hecho, te recomendamos encarecidamente que no te fíes de los sérums con vitamina C que presenten coloraciones desde amarillentas hasta marrón oscura, porque en muchas ocasiones se les añade color para disimular un posible deterioro del producto y más si tienen colorantes añadidos.

Porque, efectivamente, la mejor forma de detectar si tu sérum con vitamina C pura se ha estropeado es el cambio de color.

¿Es peligroso? No, solo molesto.

Cuando la vitamina C comienza a degradarse pierde eficacia y si te la aplicas puede ocurrir que tu rostro adquiera un cierto tono oscuro, anaranjado, que es solo antiestético (o, al menos, extraño) pero que desaparece en unos días. Eso sí, mejor que no lo expongas a la luz solar directa cuando te has aplicado sérum algo oxidado (un buen protector solar es la mejor opción).

Cómo elegir un sérum con vitamina C

También es importante que sepas que una vez aplicado un sérum con vitamina C es imposible retirar esta por completo, debido a que penetra mucho y rápidamente. De hecho, cuando se aplica por vía tópica pueden quedar reservas de la misma en la piel durante algunos días (hasta cuatro).

Para evitar los problemas de la vitamina C pura esta suele formularse con conservantes y antioxidantes, siendo dos de sus mejores aliados la vitamina E (un extraordinario antioxidante) y el ácido ferúlico, un trío que, además, es perfecto para el cuidado de la piel.

Pero la industria farmacéutica y la cosmética han encontrado la forma de superar los inconvenientes de la vitamina C pura mediante la creación de diversos derivados de esta que nunca son tan potentes pero, a cambio, resultan mucho más estables y son aptos para todas las pieles, al no necesitar de entornos ácidos.

El ácido ascórbico o el L-ascórbico son efectivos en proporciones que van desde el 8% hasta el 20%: por debajo del 8% no tienen repercusiones reales ni duraderas en la piel y por encima del 20% son irritantes, perdiendo a la vez efectividad.

¿Cómo funcionan los derivados? Digamos que la vitamina C en ellos está enmascarada o disimulada, pero en cuanto alguno de estos derivados entra en contacto con la humedad la vitamina C que contienen se «manifiesta» como tal. Dicho de otro modo: cuando empiezan a penetrar en la piel se convierten en vitamina C pura, pero no sin que haya una pérdida en el  porcentaje.

Esto significa que si un sérum contiene un derivado de la vitamina C en un 20%,  a la piel no le llegará nunca un 20% sino bastante menos.

Lo que explica por qué algunos sérums presumen de tener más del 20% de vitamina C: no es ácido ascórbico y a tu dermis no llegará ni el 10% (la conversión media de cualquier derivado está entorno al 3-4 %).

Si los derivados son menos potentes que la forma pura de este compuesto tienen otras ventajas que son las que los han colocado en primera línea: son estables, no son irritantes y admiten formulaciones muy variadas, lo que les permite combinarse con éxito con todo tipo de ingredientes.

Para reconocer la vitamina C en un sérum tienes que buscar el nombre «Ascorbic Acid»; los derivados se reconocen porque alguno de los términos de su nomenclatura tiene la raíz «ascorb-«.

Vamos a ver más de cerca alguno de ellos, los más utilizados, con su nomenclatura INCI.

Glucósido de ascorbilo (Ascorbyl Glucoside)

Descubre el sérum con vitamina C

Se trata de una combinación de vitamina C con glucosa (un azúcar) que es hidrosoluble y muy estable, admite un amplio rango de pH y una vez que la piel lo absorbe una enzima llamada alfa-glucosidas lo descompone en ácido l-ascórbico puro.

Penetra con facilidad y tiene todas las ventajas de la vitamina C sin ningún inconveniente y aunque es menos potente se puede utilizar a diario sin problema, incluso mañana y noche.

El que esté combinada con un glucósido incrementa su poder hidratante.

Hoy por hoy es el derivado más conocido de la vitamina C y el mejor en todos los aspectos: penetrabilidad, conversión y capacidades iguales (aunque con potencia menor) a las de esta como antioxidante, antiedad, hidratante, estimulador del colágeno, aclarante, etc.

Fosfato de ascorbilo de magnesio (Magnesium Ascorbyl Phosphate)

El derivado más estable junto con el glucósido de ascorbilo, parece mantener también todas las propiedades de la vitamina C y mejora la hidratación.

Son sales solubles en agua que pueden aparecer en el INCI como Ascorbyl Phosphate y que también son conocidas como MAP.

No está claro su índice de conversión y su penetrabilidad es relativa, pero obtiene buenos resultados in vitro en todos los aspectos.

Fosfato de ascorbilo de Potasio (Sodium Ascorbyl Phosphate)

Siendo similar al anterior, sus resultados no son los mismos en absoluto: tiene poca penetrabilidad en comparación con el ácido ascórbico (AA)y otros derivados de este aunque es estable hasta un pH de 7 (como lo es el MAP).

También conocido como SAP, parece ofrecer una ayuda extra en casos de acné y ser una buena alternativa al AA aun cuando como antiedad se quede un poco corto con respecto a este.

Palmitato de ascorbilo (Ascorbyl Palmitate)

Este derivado es, a diferencia de los anteriores, liposoluble (necesita un entorno oleoso) y es estable en un pH neutro (entre 5-6).

Todavía no está claro hasta qué punto se convierte en ácido ascórbico (pese a que penetra con mucha facilidad) ni si tiene efectos claros en la pigmentación o en la síntesis de colágeno aunque parece que realmente conserva todas o casi todas las propiedades del ácido ascórbico; sí está demostrada su eficacia como fotoprotector.

Ascorbato de Tetrahexildecilo (Tetrahexyldecyl Ascorbate)

La vitamina C y el sérum son un equipo perfecto

También conocido como Tetra-isopalmitato de ascorbilo (Ascorbyl Tetraisopalmitate), es un éster liposoluble de la vitamina C que penetra muy bien y es muy estable en un pH inferior a 5 (el de la piel está entre 4.5 y 6, dependiendo de cada individuo y de la zona del cuerpo).

No se conocen sus efectos en vivo ni su índice de transformación, pero sí parece conservar todas las capacidades de la propia vitamina C, lo que le postula como un prometedor derivado del ácido ascórbico.

Aunque puedes encontrar otros derivados de la vitamina C estos son los más comunes y utilizados.

¿Cuál es la mejor opción?

Depende de muchos factores y te va a tocar a ti decidir qué sérum elegir y con qué tipo de vitamina C te gusta más o te va mejor.

Ningún derivado se puede igualar a la vitamina C pura pero tampoco plantea los mismos problemas o riesgos.

Desde luego es importante que te asegures de que, sea en la forma que sea, tu sérum contiene suficiente cantidad de ácido ascórbico (puro o convertido) como para marcar un antes y un después en tu piel.

Cómo elegir un śerum con vitamina C

La incompatibilidad de la vitamina C pura con otros ingredientes está marcada principalmente por el pH de la fórmula.

Así, algunos compuestos no pueden ser incorporados con éxito a fórmulas muy ácidas y otros pueden elevar la acidez a niveles no recomendables.

Ya hemos citado la niacinamida, que en un medio ácido se convierte en ácido nicotínico, pero combinada con derivados del AA que soporten u pH superior no supone ningún problema.

El uso combinado de vitamina C y otros ácidos (como los AHA y los BHA) no es la mejor opción porque se obtiene un producto potencialmente irritante.

Tenlo en cuenta cuando utilices ambos ingredientes también en productos distintos y distancia el uso entre unos y otros.

En cuanto a los derivados del AA estos pueden combinarse sin problemas con prácticamente todos los ingredientes, a no ser que haya algún problema de compatibilidad con el pH muy específico.

Lo mismo ocurre con el retinol (vitamina A) y sus derivados (retinoides): si quieres combinar el efecto de ambos ingredientes utiliza la vitamina C durante el día y deja la A para la noche -ya que es fotosensibilzadora-, asegurándote de limpiar muy bien tu rostro entre uno y otro.

En cuanto a los ingredientes que combinan bien con la vitamina C, se puede decir que a excepción de los mencionados el resto hacen un equipo fantástico con ella: los hidratantes, los antioxidantes, los regeneradores… todos mejoran cuando se les incorpora.

Una de las parejas con más éxito en los sérums es la formada por la vitamina C y el ácido hialurónico (para saber más sobre este compuesto superhidratante y antiedad, cotillea nuestro artículo sobre el sérum con ácido hialurónico).

Descubriendo el sérum con vitamina C

En realidad, a la hora de elegir un sérum con vitamina C hay varias consideraciones de importancia a tener en cuenta:

  • La cantidad de vitamina C debe ser suficiente: si es pura, entre el 8 y el 20 % y si es un derivado ha de contener bastante como para que al transformarse la proporción en la piel llegue a ser signficativa.

Es conveniente empezar con un sérum que tenga una concentración moderada de vitamina C y luego ir incrementando esta, sobre todo si se trata de ácido ascórbico y no de cualquier derivado.

Si la vitamina C (en cualquier versión) aparece entre los primeros puestos del INCI puedes tener la tranquilidad de que marcará una diferencia en tu piel; si lo hace en los últimos es posible que apenas notes sus efectos.

  • Un sérum con vitamina C pura suele ir acompañado por vitamina E (tocoferol o tocopherol en el INCI), ácido ferúlico (ferulic acid), glutatión (glutathione) y/o algún otro antioxidante potente que ayude a prolongar su vida útil.
  • Recuerda lo que ya te comentamos y desconfía de los sérums con colores amarillos, anaranjados o marronáceos (a no ser que el color pueda achacarse a algún ingrediente concreto).
  • Los śerums con vitamina C deben presentarse en envases oscuros u opacos para eliminar el riesgo de exponerlos a la luz.
  • Para un śerum con vitamina C -en la forma que sea- elige siempre un aplicador de bombeo con sistema airless ya que los goteros aumentan considerablemente las probabilidades de que se estropee.
  • Prueba el sérum antes de aplicártelo: la vitamina C puede producir sensaciones extrañas, como hormigueo, algo de calor… son normales, sobre todo cuando no la has utilizado con anterioridad y suelen desaparecer en poco tiempo. Si la reacción es virulenta tendrás que buscar un sérum con menor concentración, con otra formulación o dejarlo (en raras ocasiones, con pieles muy sensibles o dañadas puede pasar).
  • Los derivados son menos potentes que la versión pura de esta vitamina, pero ofrecen muchas ventajas y en un sérum todas, si eliges el adecuado para tu piel, porque el uso diario dará los frutos esperados sin riesgos.
  • Si notas que tu sérum con vitamina C pura te resulta algo irritante espacia su uso y limítalo a dos o tres veces por semana.

Aplicar un sérum con vitamina C

Aunque no tiene un misterio especial tiene sus cuatro normas que no debes saltarte.

  • Tu piel debe estar siempre muy limpia antes de aplicarte el sérum, y más si tiene vitamina C, que puede oxidar los restos de suciedad, grasa, piel muerta, etc.
  • Haz una prueba en una pequeña zona de la piel antes de empezar a utilizar el sérum con vitamina C (o cualquier sérum).
  • Utiliza muy poca cantidad porque si te pasas la piel no absorberá el sobrante y tendrás que retirarlo (el sérum está hecho para que penetre, no para que se quede en la superficie y ahí puede resultar incómodo).
  • Como la mayoría de sérums con vitamina C son de base acuosa, la mejor forma de aplicarlo es con presión sobre el rostro o bien con toques, en vez de extenderlo. Si tienes la piel un poco húmeda, mejor.
  • Aunque penetran y se absorben en cuestión de segundos es mejor dejar pasar algunos minutos antes de aplicarte la hidratante.
  • Si tu sérum es de vitamina C pura (ácido ascórbico o L-ascórbico) evita la zona del contorno de ojos.

En Aprende a aplicar el sérum tienes más información y algunos trucos que pueden resultarte útiles.

Algunos mitos sobre la vitamina C

Conoce los sérums con vitamina C

La vitamina C mancha la piel

Sí, si está oxidada, pero no hace que en tu piel aparezcan manchas. Dicho de otra manera: la vitamina C es fotosensible (ya lo hemos indicado) pero no fotosensibilizante, es decir, que sí se altera al contacto con la luz pero no provoca alteraciones en la piel ni reacciones ante el sol.

El problema es que al oxidarse cambia de color y tiñe la piel, como ya hemos visto. Pero el problema está en el sérum no en tu piel. Lo más que puede pasarte es que tengas un cierto tono durante unos días o que se te manche la ropa.

Con un sérum con vitamina C en buen estado eso no te va a pasar en la vida.

La vitamina C es fotoprotectora 

No per se. Estimula y mejora las defensas de la piel frente a los rayos UV y los radicales libres originados por el sol pero, desde luego, no sustituye a un protector solar.

Eso sí, un sérum con vitamina C y un buen protector solar, de amplio espectro y un FPS de 50+ como mínimo, son una pareja perfecta para prevenir el daño solar en el cutis.

Es mejor usar el suero de vitamina C cuando se está tomando el sol

No. En cierto modo es una tontería, porque el sol rebaja mucho la cantidad de vitamina C en la piel y ponértelo antes de tomar el sol tiene poco sentido.

Por lo tanto, para tomar el sol lo mejor es un protector solar adecuado y dejar el sérum para después.

Ya sabes: una buena ducha, la piel bien limpia, sérum con vitamina C para reponerla, hidratante y protector (sí, de nuevo, a no ser que ya sea de noche).

Si estás de vacaciones en un lugar de sol, deja tu sérum con vitamina C para las noches durante las mismas.

El sérum de vitamina C no es apropiado para pieles sensibles

Esperamos que a estas alturas lo tengas claro: lo es, sobre todo si eliges un sérum con un derivado, que no te va a irritar.

Lejos de estar desaconsejada, puede ser uno de los mejores ingredientes para tu piel sensible por sus muchos beneficios, entre los que están los de recuperar la barrera cutánea, limpiar la piel, ayudar en la cicatrización, hidratar, proteger, etc.

El sérum con vitamina C puede manchar la piel o los poros

La vitamina C y el sérum

No si haces una limpieza correcta de tu cutis.

Al ser fácilmente oxidable, si quedan restos en tus poros se degradarán y oscurecerán. De nuevo es un problema del sérum no de la piel y se evita con la doble limpieza diaria (mañana y noche) y alguna limpieza extra de vez en cuando (una mascarilla, una exfoliación…).

El sérum con vitamina C se puede guardar en la nevera

Cierto. No solo se puede, sino que es mejor hacerlo así, sobre todo cuando se trata uno con ácido ascórbico.

La nevera es un lugar oscuro y mantiene en suero frío, lo que alargará su vida, reduciendo las posibilidades de que se oxide (es el calor el que degrada la vitamina C).

Si no quieres hacerlo así guarda el sérum en un lugar fresco, oscuro y seco, después de haberlo cerrado perfectamente (cuando el dosificador es un gotero).

Los efectos del sérum con vitamina C se ven de inmediato

La verdad es que es así y es uno de los motivos por los que es tan popular y apreciado: casi desde la primera aplicación tu piel recupera luz y frescura.

Pero si quieres resultados realmente sorprendentes tienes que usarlo a diario durante varias semanas. Luego, simplemente, no querrás dejarlo.

¿Eres el tipo de persona que se atreve con todo? ¡Fantástico! También te enseñamos a hacer sérum casero con vitamina C. ¡No te lo pierdas!

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