La dermatitis atópica se da cuando, ante una combinación de factores genéticos y ambientales, la piel reacciona de manera desproporcionada a los estímulos, presentando sequedad extrema, inflamación y prurito (picor) muy intenso.
Es una enfermedad crónica, que suele aparecer en los primeros meses de vida, que tiende a mejorar con el paso del tiempo y, en muchos casos, desaparece en la pubertad o al principio de la juventud, aunque puede mantenerse en la edad adulta o aparecer entonces (entre un 2% y un 5% de adultos la padecen).
No es una enfermedad grave, pero sí puede afectar mucho a la calidad de vida de quienes la sufren y quienes conviven con ellos.
Muchas de las preguntas de padres y pacientes tienen que ver con la alimentación:
- ¿Puede la alimentación causar o empeorar la piel atópica?
- ¿Debería dejar de comer ciertos alimentos?
- La dermatitis, ¿es un síntoma de alergia alimentaria, o de otro tipo?
Intentaremos dar respuesta a estas y otras cuestiones en torno a la DA y la alimentación.
En principio, los afectados por atopia en la piel deben hacer una dieta normal, sana y equilibrada.
Ante la sospecha de posibles intolerancias o alergias alimentarias, consulta siempre con tu médico, que te derivará al alergólogo, si lo considera necesario.
Es importante dejar claro que no existe una dieta milagrosa que cure la piel atópica.
Puedes saber más sobre los cuidados de la piel con dermatitis atópica en los siguientes artículos:
- Remedios para la piel atópica
- Consejos para calmar el picor en la piel atópica
- Las mejores cremas para pieles atópicas.
Contenido de la entrada
Relación entre piel atópica y alergias
En ocasiones -y solo en ocasiones-, la DA es la primera de una serie de manifestaciones alérgicas.
Es una enfermedad inflamatoria que puede estar relacionada con procesos alérgicos, o ser precursora de estos: se calcula que hasta un 60% de los afectados puede desarrollar asma y/o rinitis alérgica, y un 30% presentar alergias alimentarias.
Pero no siempre es así, por lo que la relación entre la dermatitis y cualquier alergia debe establecerla un profesional.
¿Puede la alimentación causar o empeorar una dermatitis atópica?
La alimentación parece tener poca incidencia en la dermatitis atópica leve.
Los alimentos son un desencadenante en el 20-30% de los casos de dermatitis atópica de moderada a severa.
Alrededor del 35% de los niños con DA presentan también alergias alimentarias.
Como ya hemos apuntado, en la mayoría de los pacientes ambas condiciones son transitorias y mejoran de manera espontánea en la adolescencia.
Pocos adultos con piel atópica tienen alergias alimentarias asociadas a esta.
Ciertos alimentos pueden irritar localmente la piel, al entrar en contacto con esta, sin que esto indique necesariamente que exista una alergia.
Puesto que la dermatitis necesita de una base genética y uno o varios desencandenantes externos para aparecer (temperatura, humedad, contaminación, alérgenos ambientales o alimentarios, sudor, estrés…) y, dado que la alergia alimentaria no es una condición necesaria de la atopia, es importante descartar cualquier otra causa de brotes o empeoramiento antes de restringir la alimentación.
Intolerancia y alergia no son lo mismo
Para comprender mejor la relación entre la piel atópica y la dieta, es importante diferenciar entre alergia alimentaria y sensibilidad o intolerancia alimentaria.
Hablamos de intolerancia cuando hay problemas para procesar ciertos alimentos, lo que puede provocar problemas digestivos (gases, hinchazón, dolor abdominal, diarrea…).
Al contrario que en las alergias, en los casos de intolerancia a veces es más difícil detectar el factor desencadenante, porque la reacción no es inmediata en el tiempo.
La alergia alimentaria provoca una reacción inmediata del sistema inmunitario, que puede ser muy severa, y afecta a diversos órganos.
En ocasiones, cuando el paciente está en pleno brote, parece que casi todo lo que come empeora su estado, pero, una vez superado, los mismos alimentos no producen reacción alguna.
De ahí la importancia de que el diagnóstico y el seguimiento lo haga siempre un profesional.
Una vez establecido esto, sí hay medidas que se pueden adoptar a la hora de afrontar una alimentación que contribuya al bienestar de la piel .
La alimentación más adecuada para la piel atópica
La piel atópica necesita constantes cuidados externos, pero también debemos intentar cuidarla desde dentro: la alimentación juega un papel relevante en esta tarea.
A tener en cuenta:
- La mejor alimentación es la más variada y equilibrada.
- No elimines ningún alimento por una simple sospecha, o porque esté de moda hacerlo.
- Consulta siempre con tu médico de cabecera o pediatra.
En bebés
- La lactancia materna es lo más recomendable, al menos hasta el sexto mes: hasta un 50% de casos de DA grave en bebés, se relaciona con alergia a la leche de vaca (alimento asociado sin duda a muchos casos de dermatitis atópica).
- El pediatra o la matrona te indicarán cómo y cuándo ir añadiendo nuevos alimentos.
- Solo en casos puntuales, se restringirán alimentos concretos, o se realizarán pruebas antes de introducirlos.
Para saber más sobre la DA en bebés, te aconsejamos que leas Piel atópica en bebés: síntomas, causas y tratamiento.
En niños
- Más del 80% de los niños con piel atópica presentan un eccema leve, por lo que no es necesario hacer ningún estudio de posibles alergias.
- Una dieta sana, equilibrada y variada será siempre lo mejor.
- No elimines alimentos de la dieta de tu hijo por tu cuenta y sin motivos fundados: puedes desequilibrar su dieta y afectar a su desarrollo.
- Si sospechas de alergia o intolerancia a algún alimento:
1.- Retíralo durante una semana e incorpóralo de nuevo, observando si se produce un empeoramiento o un rebrote.
2.- Lleva un diario de alimentos y reacciones: te ayudará a detectar alimentos potencialmente perjudiciales. A veces es difícil establecer el patrón de causa-efecto, porque este último aparece tiempo después de la ingesta.
3.- Informa al pediatra, que te dará pautas, te indicará los pasos a seguir, y determinará la conveniencia de derivar el caso al especialista.
En adultos
- Las alergias o intolerancias alimentarias, asociadas a la DA, son muy poco frecuentes en adultos.
- De nuevo, la mejor dieta es la más variada y sana.
- Ante la duda, consulta con tu médico de cabecera o tu dermatólogo.
Alimentos a evitar
Puesto que la inflamación es una de las principales manifestaciones de la atopia, evitar alimentos que potencien esta se presenta como una medida lógica y básica.
Elimina o restringe de la dieta:
- Alcohol.
- Excitantes, como el café o las bebidas energéticas.
- Productos ácidos, si irritan la piel o la boca (cítricos, vinagre, etc.).
- Grasas saturadas: grasas de origen animal, productos lácteos ricos en grasas, etc.
- Grasas trans o transaturadas, presentes en algunas margarinas, en dulces, comidas rápidas, productos preparados, etc.
- Azúcar, sobre todo azúcar blanca refinada, de probado efecto inflamatorio. En este apartado hay que hacer mención especial a los refrescos y las chucherías, productos hechos básicamente con azúcar.
- Harinas refinadas.
- Comidas excesivamente fuertes y/o picantes.
- Comidas con conservantes y colorantes.
Alimentos recomendados
- Agua: especialmente indicada en la dermatitis atópica, porque ayuda a la hidratación de la piel, a la eliminación de toxinas y al mantenimiento de niveles saludables de muchos parámetros fisiológicos.
- Zumos: sin azúcares añadidos. Si son naturales, en vez de envasados, mucho mejor.
- Frutas y verduras.
Si no hay alergias ni intolerancias, no hay motivo para evitar ninguna fruta o verdura.
Utiliza productos de temporada.
Cocina las verduras a la plancha, al vapor, en papillote, sírvelas crudas en ensaladas, y procura no cocinarlas en exceso, para no perder sus beneficios.
- Alimentos ricos en ácidos grasos omega 3: pescado azul, frutos secos y semillas, aceites vegetales, algas… Ayudan a reducir la inflamación y recuperar la barrera protectora de la piel (y también ayudan aplicados directamente sobre la piel).
- Alimentos ricos en ácidos grasos omega 6 de origen vegetal: aceite de oliva, de onagra, de borraja, nueces, pipas de calabaza y girasol…
Evita el omega 6 de origen animal.
- Alimentos ricos en probióticos: yogures no pasteurizados (proceso que elimina los microorganismos), kéfir, queso crudo (que no esté pasteurizado; mejor de oveja o de cabra); aceitunas y encurtidos, chucrut (col fermentada); chocolate negro de más del 80% de cacao; kombucha (té negro fermentado); pan de masa madre; algunos derivados de la soja, miso .
- Alimentos ricos en vitaminas A, C, E y biotina.
- Alimentos ricos en azufre, como el ajo y la cebolla, tanto crudos como cocinados. El azufre tiene un probado efecto antiinflamatorio.
A tener en cuenta
- La manipulación de la dieta se justifica cuando hay una dermatitis severa.
- Solo en caso de alergias o intolerancias probadas, está justificado restringir alimentos.
- Las dietas de eliminación pueden ser perjudiciales si no están recomendadas y revisadas por un profesional de la salud: está comprobado que, uno de los factores determinante en el desarrollo de reacciones a alimentos, es la evitación de estos sin causa justificada.
- En casos de intolerancia, y siempre bajo supervisión médica, es conveniente verificar, cada cierto tiempo, si la alergia persiste, ya que en muchos casos desaparece con el tiempo.
- El gluten es un problema sólo para las personas celíacas o con probada intolerancia al mismo. No lo elimines de la dieta si no es necesario.
- Recuerda que el aumento de temperatura del cuerpo suele exacerbar el picor, así que modera las especias picantes y las comidas muy fuertes y copiosas: en momentos de brotes puede ser recomendable hacer más comidas suaves a lo largo del día, ya que durante la digestión la temperatura del cuerpo se eleva, por lo que las digestiones ligeras afectarán menos al estado de la piel.
Recapitulando
- No hay ninguna dieta que cure la dermatitis atópica.
- Las dietas y/o las restricciones alimentarias deben ser siempre personalizadas.
- En muchos casos, lo que ayuda a una persona con DA, resulta contraindicado para otra (de ahí la necesidad de tratar cada caso individualmente).
- Cuenta siempre con tu médico y sigue sus directrices.
- La alimentación debe ser sana, equilibrada y variada.
- No elimines alimentos sin tener la certeza de que resultan perjudiciales o producen alergia.
- Las dietas restrictivas pueden ser muy contraproducentes, sobre todo en bebés y niños.
- Haz de las comidas un momento de relax y disfrute.