El invierno ha llegado, y con el invierno llegan las bajas temperaturas, el viento frío, el aire seco y los cambios bruscos de temperatura, todo lo cual se combina para formar la tormenta perfecta para la piel seca.
Quizás tengas una tez seca todo el año que ahora necesita un extra de hidratación, o un cutis graso que no sabes como tratar en invierno; o una piel mixta que podría necesitar un poco de cariño… sea cual sea la tez que adorne tu rostro y tu cuerpo, un buen humectante es tu mejor defensa contra los estragos del clima invernal.
Pero el cuidado de la dermis en el invierno no se limita a una sobredosis de cualquier crema hidratante o humectante que encuentres por ahí. Hay toneladas de productos en el mercado diseñados para ayudar a tu piel a lidiar con el frío, o para devolverle la humedad perdida.
Primero hablaremos de los productos más adecuados y efectivos para la cara y el cuerpo que no debes olvidar en estas fechas, y después mencionaremos los cuidados específicos que necesitan los diferentes tipos de cutis. Ya me lo agradecerás en primavera.
Contenido de la entrada
Productos básicos de hidratación
Cremas hidratantes
Si la hidratación ya forma parte de tu régimen diario de cuidado de la tez, ¡felicidades! Pero con el invierno aquí, puede ser el momento de darle un impulso ¡no cualquier humectante va a protegerte contra los vientos del invierno!
Busca un humectante que ayude a reparar y mantener la barrera de tu piel.
Una capa de lípidos sebáceos (o aceitosos) cubre tu epidermis. Estos lípidos sebáceos son triglicéridos, ésteres de cera y escualeno, mientras que los lípidos epidérmicos o no sebáceos de la dermis son una mezcla de ceramidas, ácidos grasos libres y colesterol.
Estos lípidos son principalmente hidrofóbicos, lo que significa que repelen el agua o, si se usan en una crema hidratante, pueden ayudar a evitar que se escape.
Así que estate atenta a los productos que contienen estos ingredientes emolientes para fortalecer la barrera natural de su cutis, ayudando a mantener la humedad esencial.
Limpiadores
Aunque la hidratación es la prioridad, no hay que dejar de lado la limpieza facial.
Muchos limpiadores a base de agua tienden a resecar la tez, sobre todo si está indicado para pieles grasas, pues éstos además eliminan la grasa y lípidos de la dermis.
Por eso hay que tener cuidado con su elección. Las pieles más secas se beneficiarán de una leche limpiadora, o de los aceites limpiadores; mientras que las grasas agradecerán las aguas micelares o los limpiadores en espuma con agentes hidratantes.
Serums y aceites
Cuando el viento comienza a soplar, las cremas hidratantes pueden necesitar una ayuda extra. Ahí es donde los serums faciales y los aceites entran en acción.
Estos penetran más profundamente debajo de la dermis para ayudar a retener la humedad.
Comienza la rutina de cuidado de la tez usando sueros con glicerina vegetal higroscópica, para atraer el agua, y ácido hialurónico para mantenerla dentro. El ácido hialurónico es extremadamente hidrófilo y bioquímicamente retiene el agua.
Termina usando aceites como el de jojoba y el de argán por su capacidad de imitar el aceite natural de tu propia tez, y su muy bajo índice comedogénico, lo que significa que no deben obstruir sus poros.
Mascarillas
Una buena mascarilla facial puede devolverle a tu tez su antigua gloria después de un día de agresiones en sólo unos minutos. Busca una que limpie los poros mientras hidrata y suaviza.
Así que ahora que tienes una mejor idea de por dónde empezar, vamos a sumergirnos un poco más profundamente.
Para ayudarte a empezar, hemos dividido los productos en tipos de piel conocidos – seca, sensible, grasa y normal – para ayudarte a encontrar el mejor producto para ti.
Qué usar si tienes…
Piel súper seca
La tez seca y el clima de invierno pueden ser una combinación desagradable. Si es tu caso, el clima frío puede dejarte con un aspecto ceniciento, escamoso y, bueno, muy seco.
Busca una fórmula espesa y cremosa para cubrir tu cara por la mañana y por la noche. Si está súper seca, será difícil sobre-hidratar si estás usando ingredientes naturales que también funcionan como exfoliantes suaves para retirar las células muertas de la piel para que los ingredientes hidratantes puedan penetrar más dentro de la epidermis.
También debes considerar la posibilidad de añadir aceite a tu humectante por la noche para obtener beneficios importantes mientras duermes. ¡Sólo sigue el orden correcto de las capas!
Un consejo clave para este tipo de cutis: Evita las duchas largas y calientes. Una ducha caliente y húmeda puede parecer ser lo que necesitas para ayudar a rejuvenecer tu cutis, pero cambiar del frío exterior al vapor y al calor extremo de las duchas, puede causar incluso más deshidratación.
La misma idea vale para los limpiadores: encuentra uno que limpie sin necesidad de usar aceites naturales.
Además, busca un aceite o suero con poderes hidratantes o regeneradores para aplicar antes de la crema hidratante diaria.
Esto le permitirá a tu humectante tener el doble de poder hidratante y fijar la mayor cantidad de nutrientes posible.
Piel grasa
La crema hidratante puede ser kriptonita para los cutis grasos; si es demasiado espesa, grasosa o aceitosa, tendrás el caldo de cultivo perfecto para un rostro brillante y con acné.
Opta por algo ligero sin una tonelada de ingredientes. Como probablemente ya sabes, la tez grasa a menudo se deriva de un desequilibrio o falta de humedad, por lo que aunque la sientas como innecesaria, la hidratación del cutis graso es tan importante como la hidratación de la tez seca.
Aquí tienes algunas opciones que te vendrán bien.
Si no lo haces, te arriesgas a tener una epidermis aún más grasienta, ya que las glándulas sebáceas entran en hipervelocidad.
Puntos extra si el humectante incluye ingredientes como el ácido hialurónico que puede absorber hasta 1.000 veces su peso en agua, y se asegura de que tu dermis se mantenga hidratada durante toda la temporada.
La exfoliación puede ser la clave para controlar la grasa. Un buen producto exfoliante, ya sea un ácido, un exfoliante o una mascarilla, elimina cualquier acumulación de células muertas o bacterias que pueden hacer que la epidermis trabaje horas extras produciendo grasa.
Sin embargo, ten cuidado. Puedes pensar que cuanto más te laves la cara, menos grasa tendrá tu cutis. Pero esto no es cierto. Exfoliar demasiado puede irritar y enrojecer la epidermis, lo que hace que ésta se ponga demasiado grasosa.
A veces la exfoliación no es suficiente. Las mascarillas son una forma rápida, fácil y eficaz de ayudarte a mantener la grasa bajo control.
El truco es encontrar una mascarilla que haga su trabajo sin resecar. No tienes que tenerlo de una forma u otra – puedes tener una piel que no se sienta grasosa o seca.
Los exfoliantes químicos suaves y los ingredientes calmantes deben trabajar juntos, no uno contra el otro.
Piel sensible
Lo mejor para combatir la tez sensible es optar por productos con un mínimo de químicos -colorantes artificiales, fragancias, alcohol-, y en su lugar optar por un producto que utilice ingredientes naturales para hidratar, limpiar o curar la tez.
También querrás usar algo ligero y lleno de ingredientes suaves como la manteca de karité y los antioxidantes. Para que sea realmente seguro, considera usar una fórmula que no contenga parabenos ni perfume, ya que pueden agravar aún más tu problema de hipersensibilidad.
En su lugar, confía en la sábila por sus propiedades humectantes. O en el pepino y la lavanda, que ayudan a suavizar sin dejar una sensación pesada.
El uso de una bruma hidratante formulada para ayudar a mantener el cutis fresco es una forma sencilla y agradable para la epidermis sensible de añadir hidratación cuando tu rostro más lo necesita.
Rocíala cuando necesites un estimulante para el calor seco de la oficina o después de exponerte al frío.
Además, no olvides que el FPS es importante. Incluso en los meses de invierno necesitas proteger tu epidermis cada vez que sales al exterior.
Los protectores solares minerales son mejores para la dermis sensible porque el óxido de zinc y el dióxido de titanio se asientan sobre la superficie para formar una barrera en lugar de ser absorbidos como lo hacen los protectores solares químicos, lo cual puede resultar en picazón, irritación y enrojecimiento.
Piel normal
Considera la posibilidad de cambiar a un humectante más denso, como las cremas de Mercadona que proteja la dermis mientras la hidrata durante los meses de invierno.
Debido al aire seco y a las temperaturas frescas, el aire frío succiona la humedad de la epidermis.
Para ayudarla a sobrevivir, busca productos que contienen glicerina. Este humectante ayuda a atraer la humedad hacia la piel y la atrapa allí, dejándola con un aspecto energizado.
Si tu tez no está acostumbrada a la consistencia de la glicerina, no te preocupes, tardará unos días en ver los efectos positivos.
Para las manos
No tengas miedo de ponerte una capa lo más gruesa que puedas de hidratante en tus pequeñas manos secas.
En serio, una de mis cosas favoritas durante el invierno es cargar mis manos con un ungüento, masajearlas, y luego cubrirlas con un par de calcetines limpios (o guantes hechos específicamente para este propósito) e ir a dormir.
Me despierto con unas manos suaves y altamente hidratadas. También puedes hacer lo mismo con tus pies.
Para el resto del cuerpo
Cuando hace frío y el ambiente es seco, nada supera a un aceite botánico multiusos para el acondicionamiento de todo el cuerpo.
Para obtener los mejores resultados, úsalo justo después de la ducha o el baño cuando tu piel pueda absorberlo mejor, y no tengas miedo de meterte en todos los rincones.
Siéntete libre de usar lo que te quede en las manos como un pequeño y agradable tratamiento para las puntas del cabello.