Piel mixta y sérum, la pareja perfecta

Sérum y piel mixta, pareja perfecta

Te lo digo desde ya: si tu piel mixta te trae por la calle de la amargura lo que necesitas ya -¡pero ya-ya!- es un śerum.

O dos. Y no es broma, como te demostraremos en este post.

En Mejores sérums para piel mixta: nuestra selección, puedes ver los que más nos han gustado

¡No te lo pierdas!

Conviviendo con la piel mixta

No te preguntes por qué a ti: es el tipo de piel más común, así que digamos que jugabas muchos números «mixtos» en el sorteo de pieles. ?

Eso supone que es el tipo para el que más productos encontrarás en el mercado. No todo son desventajas.

El primer problema de muchas pieles mixtas es que no están identificadas como tales, ya que las diferencias entre unas partes y otras del rostro son apenas perceptibles.

El único inconveniente de esto aparecerá si utilizas cosméticos muy extremos o hechos a base de ingredientes no adecuados (aquí te vamos a recomendar siempre ingredientes naturales), que pueden acentuar las características de las distintas zonas de tu piel.

Así que si tienes dudas o sospechas, sería bueno que te aseguraras de si tu piel es mixta o no.

Hay una prueba que, sin ser precisamente científica, te puede orientar.

Hazte con papel de seda y recorta varias tiras para ponerte una sobre la frente, otra sobre la nariz, una más sobre la barbilla y un par de ellas en las mejillas. También puedes usar papeles de fumar y no complicarte la vida.

Limpia bien tu rostro, no te apliques ningún cosmético y deja pasar así al menos media hora antes de ponerte las tiras, para que la piel pueda empezar a producir sebo.

Presiona una tira o un papelito sobre cada parte del rostro y deja la presión unos segundos.

Si alguna tira queda marcada con grasa y otras no, sabrás que tienes la piel mixta. Si quieres un diagnóstico más preciso, consulta con un dermatólogo.

Normalmente la grasa se acumula en la parte central del rostro, conocida como zona T (frente, nariz, barbilla) y el resto de la piel es normal o seca. La piel normal dejará un pequeño rastro graso en el papel y la seca ninguno.

Calibrar tu piel para tratarla adecuadamente

El sérum es perfecto para pieles mixtas

Ya hemos apuntado que hay muchos rangos de pieles mixtas, desde aquellas que apenas lo son,(tienen zonas casi normales, con cierta tendencia grasa, combinadas con zonas casi normales, con cierta tendencia seca), hasta las que parecen una mezcla hecha a mala idea de piel muy grasa y piel muy seca. Entre ambos extremos caben todo tipo de posibilidades.

Normalmente, quienes tienen la piel mixta llevan peor las partes grasas, porque son estéticamente más llamativas: brillos, granos, acné, comedones, puntos negros, poros abiertos.

Esto suele llevar a una lucha compulsiva contra la grasa, caiga quien caiga, en la que la primera en caer, sin duda, es la propia piel.

Porque las partes normales o secas se ignoran o sacrifican en pro de pretender mejorar las zonas grasas, y porque la obsesión por eliminar la grasa a toda costa suele dar como resultado un incremento de su producción.

La grasa (el sebo) es necesaria para cualquier piel, y su falta supone un gravísimo problema que puede llegar a comprometer no solo su aspecto, sino su salud y la de todo el organismo.

No olvides que la piel es la barrera que nos protege y defiende de las posibles agresiones externas. Es un órgano muy grande y necesitamos que esté en el mejor estado posible.

Es cierto que la piel grasa presenta poros dilatados que son un coladero para gérmenes y otras alegrías, pero no lo es menos que la piel muy seca tiende a irritarse, a ser quebradiza y a inflamarse, abriendo las puertas también al posible enemigo.

Como el sebo es necesario y la piel está programada para producirlo, cuando lo retiras constantemente lo único que provocas es una reacción contraria a la buscada: ante la falta de sebo la dermis se apresurará a producir más para cubrir el déficit. Por eso te parece que cuanto más grasa retiras más grasa produces: es verdad.

Y mientras te centres en retirar grasa, las partes de tu piel normales o secas irán secándose más y estando más indefensas.

Toda piel necesita una producción de sebo regulada, estable y proporcional a sus condiciones y circunstancias. Una piel sana, por ejemplo, producirá más sebo en invierno, para protegerse mejor del frío y las inclemencias.

Que te parezca que tienes más grasa en verano se explica porque tu piel no regula bien la producción y porque la grasa, en invierno, pasa más desapercibida ya que tiene mucho trabajo: combatir no solo el frío, sino la sequedad que calefacciones y aires acondicionados provocan, entre otras.

Las partes secas de la piel sufren más en invierno y entonces tienden a estar más tirantes e incómodas.

¿Hay solución? ¡Claro! ¡Y muchas y efectivas!

Pero primero has de dejar de pelearte con tu piel, porque solo ese estrés ya está empeorándola. Seguro que te has dado cuenta de hasta qué punto tu piel cambia con los cambios de tu estado de ánimo.

Necesitas ingredientes seborreguladores, amables y que hagan un efecto a medio y largo plazo, es decir, que vayan corrigiendo suavemente la tendencia de tu piel y llevándola a un equilibrio que comprenda a ambas partes.

El cuidado de la piel mixta

El sérum cuida la piel mixta

Como no existe una piel mixta universal, el cuidado de tu piel dependerá de lo que podríamos llamar el subtipo que tengas.

Una piel ligeramente mixta requiere de pocos cuidados especiales. Los productos para pieles mixtas te servirán, siempre que te asegures de que sus ingredientes son realmente útiles para estas pieles (lo veremos más adelante).

En el otro extremo tenemos lo que podríamos calificar como pieles salvajemente mixtas, y el calificativo es un guiño de simpatía y comprensión a todos los que sufren esta condición cutánea (te comprendemos ?).

No hay que desesperar, porque tiene tratamiento. De hecho hoy en día existen muchos productos muy buenos que ofrecen resultados espectaculares que se mantienen en el tiempo y, realmente, mejoran la piel mixta.

Pero hay que ser realista: no es fácil lidiar con una piel hecha como a parches opuestos, y menos con un único producto o clase de productos.

Así que tienes que plantearte seriamente dedicar más tiempo a tu piel, de entrada, y cuidar por separado las distintas zonas. Es latoso pero da resultado (te lo avisamos: uno o dos sérums).

Ten en cuenta que un producto destinado a las pieles mixtas está normalmente diseñado para las intermedias, ni demasiado secas, ni demasiado grasas. Cuando estás en los extremos, no solo no solucionará ninguno de los problemas, sino que, dependiendo de su composición, puede acabar agravando uno sin solucionar el otro.

En el mejor de los casos, puede ser que gastes tiempo y dinero para nada.

Si te lo tomas en serio y persistes, podrás pasar a tratamientos específicos para pieles mixtas más adelante.

Como seguramente has observado gracias a nuestra selección de sérums, casi cualquier producto puede servir para las pieles mixtas siempre que cumplan con unas cuantas condiciones sine qua non:

  • Que no tenga ingredientes excesivamente decantados para uno u otro lado.
  • Que no tengas ingredientes comedogénicos (prescinde de productos no naturales de verdad, porque tanto las siliconas como los derivados del petróleo prometen resultados que solo son temporales y no son en absoluto beneficiosos para la piel, ya que es como cubrirla con un plástico).
  • Que sea hidratante y nutritivo (pero no comedogénico, recuerda).
  • Que contenga ingredientes:
    • antiinflamatorios.
    • limpiadores.
    • exfoliantes.
    • desinfectantes.
    • calmantes.
  • Que no contenga ingredientes irritantes de ninguna clase.
  • Mejor si todos o la mayoría de sus ingredientes son de origen natural.

A partir de estas normas generales, la piel mixta necesita cuidados concretos.

Como precaución, prueba siempre los cosméticos antes de utilizarlos: puede que no lo notes, pero a nivel celular tu piel es sensible y reactiva, por diferentes motivos, en cualquiera de sus zonas.

Limpieza

Sérum, lo mejor para pieles mixtas

Si es importante para cualquier piel, es imprescindible para las mixtas.

Las zonas grasas necesitan la limpieza para evitar la acumulación de la película lipídica que favorece la proliferación de microorganismos y las zonas secas, con tendencia a la descamación, necesitan que los restos de células epiteliales se retiren.

Límpiate con productos suaves y recuerda que se trata de limpiar, no de erradicar la grasa.

Exfoliación

Puedes hacerla sin abusar de ella. Una vez por semana es suficiente.

Cada vez que exfolias tu rostro eliminas y/o alteras la capa córnea y el manto hidrolipídico, imprescindibles para una piel sana y equilibrada. Si te exfolias con frecuencia no darás a tu piel la oportunidad de restaurarse e ir recuperándose, y la dejarás aún más expuesta.

Para animarte, te diremos que la piel tiene una asombrosa capacidad de recuperación, pero hay que darle la oportunidad y no contribuir a dañarla más.

Utiliza productos suaves, mejor si se trata de exfoliantes químicos (como el ácido acetil salicílico) o enzimáticos que mecánicos (los que tienen partículas que «rascan» la piel).

Por supuesto que si un exfoliante te irrita, te provoca escozor o cualquier otro tipo de reacción o daño debes retirarlo de inmediato y dejar de utilizarlo. Aunque es cierto que a veces provocan ciertas reacciones, estas deben ser siempre leves y fácilmente tolerables.

Sérum

Es imprescindible si quieres una mejora radical y duradera de tu piel y un poco más adelante te lo vamos a explicar con más detalle, ya que es el tema que nos ocupa.

Pero como pincelada, baste decir que es el único cosmético que puede llevar los principios activos a las capas más profundas de la piel y regenerarla, reactivando y estimulando sus propios procesos.

Hidratación

No puedes saltarte este paso ya que la crema hidratante es la que te proporciona a diario una protección extra y un entorno propicio para que la epidermis se vaya regenerando y equilibrando (la capa córnea y el manto hidrolipídico ya mencionados).

Además, sella la piel y así evita que los activos de sérum se pierdan, dándole a este la ayuda que necesita para realizar su trabajo «soterrado».

En Conoce las diferencias entre el sérum y la crema hidratante intentamos dejar claro por qué es imprescindible usar ambos productos.

Protector solar

Las pieles mixtas y los sérums para cuidarlas

También fundamental. Ten en cuenta que el sol no solo es la principal fuente del envejecimiento prematuro de la piel, sino que puede provocar manchas y dejar cicatrices en tu rostro (espinillas, granos, zonas irritadas, etc.).

Tienes que asegurarte de que el protector que utilices no obstruya los poros y, si estás mucho tiempo en el exterior o en diferentes momentos del día, recuerda que hay que renovar su aplicación cada cierto tiempo (unas dos horas, normalmente) para que sea efectivo.

No limites su uso al verano o los días de sol, porque los rayos UV no entienden de calendarios y pasan a través de las nubes.

Maquillaje

Pon especial atención a este capítulo, porque si no lo haces puedes echar al traste todo el cuidado que le dediques a tu piel diariamente.

Lo ideal es que, como norma, no te maquilles o lo hagas muy sutilmente. Nos referimos a que uses poco maquillaje, no a que no se note.

Productos como la base, los polvos, etc. pueden ser muy oclusivos y, en cualquier caso, fuente de contaminación de todo tipo para los poros abiertos y las zonas resecas e indefensas.

Muchos de los ingredientes del maquillaje no son precisamente adecuados para asegurar un cuidado amable del cutis, y en este tipo de cosméticos es menos fácil encontrar los que están realizados exclusivamente con componentes naturales, que suelen ser, además, más caros.

Pues bien, incluso así, contienen ingredientes como minerales, que obstruyen la piel.

Maquíllate solo en ocasiones, y hazlo evitando utilizar demasiadas capas de productos.

El sérum es imprescindible

Usa el sérum para la piel mixta

Es un cosmético único por sus propiedades y capacidades.

Existen distinto tipos de sérums y hoy en día tienen nombres diferentes en función de sus objetivos, su aplicación y su intensidad, pero el concepto es el mismo para todos: un concentrado de principios activos potentes que penetra en las zonas de la piel a las que no llega ningún otro cosmético.

Dicho de otra forma, el sérum puede llevar sus ingredientes hasta las partes de la piel donde se necesitan de verdad, de forma que estos nutren la piel en profundidad aportando los activos capaces de sanar y reparar la piel y, lo que es más importante, favorecer que la piel recupere y optimice sus mecanismos naturales, incrementando la producción de sustancias tan importantes como el ácido hialurónico, o de proteínas como el colágeno y la elastina, regulando la producción de sebo natural, etc.

Esto lo consigue gracias a que sus moléculas son muy pequeñas y pueden superar las distintas barreras cutáneas, cosa que es imposible para las hidratantes y el resto de cosméticos.

Lo que hoy en día se conoce como sérum es cualquier producto de estas características que se puede (y debe) utilizar a diario.

Los tratamientos más intensivos reciben nombres como booster o tratamiento flash. Son todavía más potentes, pero no deben usarse de forma continuada durante mucho tiempo, porque su alta concentración de activos hace que puedan resultar contraproducentes.

Eso sí, para un tratamiento de choque son perfectos.

Se utilizan durante unas pocas semanas (de dos a cuatro) y luego se dejan o se descansa durante un período igual o superior.ç

Aquí tienes mucho más sobre el sérum: Todo sobre el sérum.

Los mejores ingredientes

Cuidando las pieles mixtas con sérum

No te vamos a hacer una lista de todos, porque sería eterna.

Tampoco te vamos a recomendar los que no sean naturales. Las diferencias entre usar unos u otros son abismales.

Los principales ingredientes no naturales son los aceites minerales (derivados del petróleo) y las siliconas.

Para empezar, son muy oclusivos. Para continuar, pueden ser tóxicos y producir reacciones de todo tipo.

Para terminar, la cantidad o la proporción de ellos que se puede utilizar en un producto está regulada por ley en muchos casos, justamente para evitar toxicidades y reacciones.

Pero existe el llamado efecto acumulativo: si utilizas dos o más productos cosméticos que contengan uno de ellos, estarás poniendo en tu piel dos o tres o más veces la cantidad máxima segura y permitida. Ningún fabricante que los use te avisará de este «pequeño detalle».

Es cierto que tanto los aceites minerales como las siliconas tienen un efecto muy agradable sobre el cutis, pero eso sí que es pura cosmética. En realidad es como aplicar un plástico inerme que tapona la piel, evitando que realice el intercambio natural y necesario entre el organismo y el exterior.

Haz una prueba sencilla, si quieres: compra una crema de manos barata y hecha a base de ese tipo de ingredientes y úsala durante una semana. Si la dejas, tus manos volverán a estar inmediatamente como antes de utilizarla, o incluso más resecas (lo sabemos porque hemos hecho la prueba).

Sin embargo los ingredientes naturales son activos, lo que significa que «hacen cosas buenas» en y a la piel.

Y, francamente, cuando hablamos de sérums, de ingredientes que van a penetrar hasta el fondo de la piel, parece necesario cuidar el tipo de sustancias que vas a permitir llegar hasta allí.

Otra ventaja de los productos naturales es su versatilidad: ninguno es útil solo en un aspecto y casi todos comparten algunas características básicas, como ser capaces de reducir la inflamación, calmar, suavizar, estimular, etc.

Y una más: suelen ser biocompatibles.

Una pega: algunos, como los aceites esenciales (esencias o extractos) pueden provocar reacciones alérgicas y/o irritación. Esta última reacción se debe a que contienen fragancias que si bien están presentes en cantidades insignificantes y seguras, a causa del efecto acumulativo un sérum con varios de estos ingredientes puede exceder el porcentaje fiable.

En la UE, por ejemplo, existe la obligación legal de listar estas sustancias cuando superan un mínimo muy bajo, por su potencial irritante, como aviso al consumidor (suelen aparecer al final de la lista de ingredientes: limonene, linalool, gerianool, etc.)

Hay que decir en su favor que, si no te irritan, son también activos con muy buenas propiedades.

Concretemos un poco más qué ingredientes (naturales) son los mejores para las pieles mixtas.

  • Hidratantes.

Tratar las pieles mixtas con sérums

Para todo el rostro es fundamental. La piel grasa puede estar deshidratada y la piel seca lo está.

La hidratación nunca empeora la condición grasa, más bien al contrario: gracias a una buena hidratación las zonas grasas tienen menos necesidad de producir sebo. No es la solución, evidentemente, pero sí ayuda.

La piel seca necesita humedad para poder empezar a repararse.

  • Antiinflamatorios.

Lo notes o no, tus dos tipos de piel tienden a inflamarse. De hecho, la piel tiende a hacerlo incluso en las mejores condiciones, ya que la inflamación es una de las primeras respuestas a las agresiones y la piel está siempre expuesta a innumerables factores ambientales e internos.

  • Calmantes.

Para todas las zonas también. Relajan la piel y rebajan su tendencia a reaccionar. Puede que aprecies más su efecto en las partes secas, a no ser que las grasas estén especialmente soliviantadas por acné, granos, etc.

  • Limpiadores y exfoliantes.

No creas que solo se necesitan para la grasa, los brillos y los poros abiertos o infectados. La piel seca suele descamarse y producir más células epiteliales de desecho que otras pieles.

Los ingredientes limpiadores y exfoliantes hacen un trabajo sutil pero constante que resulta esencial.

  • Desinfectantes.

Para la piel grasa: ayudan a reducir las infecciones y evitarlas.

Para la piel seca: dada su vulnerabilidad, ayudan a prevenir posibles infecciones, que no se van a manifestar como en las pieles grasas pero son igualmente serias.

  • Regeneradores y promotores del recambio celular.

La piel está continuamente renovando sus células y regenerándose, así que necesitas ingredientes que faciliten estos procesos y los mejoren, para que las nuevas células sean más sanas y equilibradas.

  • Reguladores del sebo.

Si son buenos harán que tus glándulas sebáceas se autorregulen, rebajando la producción de grasa donde haga falta y estimulándola en las partes secas, que necesitan mayor lubricación.

  • Regeneradores de la epidermis. 

Ayudan a mantener el pH de la piel, el manto hidrolipídico y la capa córnea. Sin ellos la piel tiene pocas oportunidades de recuperarse: una buena barrera epidérmica da la oportunidad a las capas inferiores de ir mejorando, porque las protege y les proporciona el tiempo que necesitan para hacer su trabajo en las mejores condiciones.

  • Protectores solares.

No funcionan como las cremas solares protectoras, porque no tienen efecto pantalla, ya que el sérum está diseñado para penetrar y no para cubrir la piel, pero hay muchos ingredientes que activan las defensas de la piel frente al sol (el mayor enemigo) y otros agentes.

  • Antioxidantes.

Cuidar la piel mixta con sérums funciona

Para evitar la degradación de las células, además de su envejecimiento prematuro.

  • Refuerzos de las defensas.

No pueden faltar en dos tipos de pieles tan propensas a las infecciones y otras alteraciones.

¿Te preguntas si los ingredientes astringentes son recomendables?

Depende de su cantidad y calidad y de tu propia piel. Si es muy grasa y las zonas secas no lo son demasiado, y el astringente es suave, pueden ser perfectos para ti.

Si tu piel es muy seca quizá no sea la mejor opción, a no ser que decidas tratar cada zona con sérums diferentes: uno para pieles grasas y otro para pieles secas.

En última instancia, puedes probar y ver qué resultados obtienes.

Como ya te hemos indicado, encontrarás que cada ingrediente natural posee varias de estas propiedades, así que no hacen falta muchos para obtener un buen sérum, pero sí es importante que sean de calidad.

Existe incluso la posibilidad de hacer tu propio sérum en casa. Si te atreves, te contamos cómo en nuestro artículo Prepara un sérum casero para pieles mixtas.

Cuándo y cómo usar el sérum

El momento perfecto para incorporar el sérum a las rutinas diarias del cuidado de la piel dependerá de cada piel y del tipo de sérum que se elija.

Desde luego, a partir de los 30 años es inexcusable, porque la piel comienza a perder capacidades, como la de recuperación (elasticidad), resistencia, hidratación…

Si no quieres esperar a esa edad ten en cuenta que antes de los 25 años deberías elegir, como norma general, formulaciones ligeras, destinadas a mantener las funciones cutáneas y estimularlas, con el fin de retrasar la disminución de las habilidades naturales de la piel.

Si tienes algún problema concreto el sérum será un ayuda inestimable, independientemente de la edad que tengas, pero pon atención a la composición para evitar ingredientes demasiado agresivos, porque es importante no suplir las funciones de la piel.

El sérum se puede utilizar tanto de día como de noche. Cuando, por el motivo que sea, decides usarlo solo una vez al día, elige la noche, ya que es el momento en que la piel efectúa labores de limpieza y reestructuración y el suero las estimula y mejora.

En líneas generales, se aplica antes de la hidratante.

Utiliza el sérum para tu piel mixta

Es importantísimo que lo hagas con el rostro bien limpio, para evitar que en su viaje hacia los estratos profundos de la piel arrastre consigo partículas de suciedad.

Dejar un resto de humedad sobre el cutis ayuda a que penetre mejor, sobre todo cuando se trata de sérums con base acuosa.

En cuanto a los sérums oleosos, calentarlos previamente frotándolos entre las palmas de las manos o entre las yemas de los dedos ayudará a facilitar la penetración.

Otro truco es masajear el rostro y el cuello antes de la aplicación.

Ten cuidado con la zona alrededor de los ojos: los principios activos potentes no están indicados para esta área y pueden producir irritación. Hay sérums que sí pueden utilizarse en el área de los ojos, pero no lo hagas si no lo especifica el fabricantes.

Por otro lado, existen sérums específicos para el contorno de ojos, que se deben aplicar antes del sérum facial.

Al ser un concentrado, una pequeña cantidad (entre tres y seis gotas o una dosis, si el aplicador es de bombeo, dependiendo de cada sérum y del estado de la piel) es más que suficiente. Ponerte más no hará que funcione mejor y dejará residuos molestos en la superficie de la piel que debes retirar suavemente con un poco de tónico, sin frotar ni arrastrar.

Si el suero es acuoso la mejor forma de aplicarlo es mediante pequeños toques con las yemas de los dedos, en círculos que se muevan desde dentro hacia afuera.

Si es oleoso puedes hacerlo igual o extendiéndolo suavemente. El objetivo es ayudar a que penetre, no aplicarlo como se hace con la hidratante.

Verás que a veces se recomienda usarlo sobre la crema, pero este truco es más bien estético, ya que da a la piel un aspecto más jugoso.

Deja que la piel lo absorba completamente antes de aplicar la hidratante (entre medio y un minuto, como mucho, será suficiente).

Para saber más sobre cómo aplicar el sérum y algunos trucos útiles, te recomendamos leer Aprende a aplicar el sérum.

Por la noche puedes optar por no utilizar la crema si usas sérum, aunque si tu piel es seca deberías usarla.

En cualquier caso es recomendable que alguna noche duermas sin ningún producto sobre el rostro y quien mejor puede calibrar la frecuencia eres tú. Se trata de dejar la piel a su aire, de darle tiempo para trabajar sola. Si notas que eso hace que empeore ostensiblemente, no lo hagas o inténtalo cuando tu piel vaya mejorando (con un buen sérum lo hará, no lo dudes).

Si tienes paciencia y eres constante tu piel mixta se uniformará, los brillos, puntos negros, poros abiertos; las zonas irritadas y secas desaparecerán y tendrás un cutis liso y fresco.

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