La piel grasa necesita el sérum

Las personas con la piel grasa tienen una guerra declarada y constante contra el sebo cutáneo y la sensación de que no van a acabar con él hagan lo que hagan.

Pero hoy en día puedes tratarla (tratarla, no pelearte con ella) con una gran cantidad de productos específicos que consiguen regular y estabilizar la producción sebácea sin agresiones.

Entre todos ellos destacan los śerums, verdadera revolución en la cosmética, que consiguen penetrar en las capas profundas de la piel y, desde allí, modificar sus comportamientos, su metabolismo.

Vamos a conocer bien cómo funcionan este tipo de pieles, cómo cuidarlas y por qué el sérum es tu gran aliado para hacerlo.

Por qué mi piel es grasa y qué puedo hacer con ella

El sérum es lo mejor para pieles grasas

Básicamente, porque sí, porque te ha tocado.

No es que no haya motivos, pero no tienen que ver con nada que hayas hecho, en líneas generales.

Las causas de la piel grasa son básicamente la genética y las hormonas. Es cierto que la forma en que afrontes el reto puede mejorar o empeorar la condición de tu cutis, pero nunca es la causa directa.

De una forma muy breve la explicación es que

Este exceso se traduce en demasiados brillos en el rostro, que pueden aparecer en algunas partes (la famosa zona T: frente, nariz, mentón) o en todo él; poros abiertos; tendencia a puntos negros; espinillas, acné y comedones; superficie irregular.

Ten esto claro: la piel necesita el sebo que produce, otra cosa es que no necesite tanto. De lo que se deduce que intentar acabar con la grasa no es la mejor solución, por varios motivos:

Tu piel se queda sin defensas, ya que la grasa es fundamental para mantener sana la capa córnea (la más externa de la epidermis) y el manto hidrolipídico que la cubre y protege.

Cuanto más empeño pongas en eliminar cualquier rastro de grasa de tu piel, más grasa producirá esta. Entender este proceso es sencillo: como la grasa es necesaria, cuando la retiras y sigues retirándola tu piel detecta su falta, que interpreta como un carencia anómala, y reacciona produciendo más sebo, para reponerlo. Así que olvida cualquier tentación de borrarla de tu vida y tu piel.

Lo primero es aceptar que tienes la piel grasa y no pelearte a todas horas con ella, porque eso sí que puede llevarte a un claro empeoramiento de la situación.

Si tienes la piel levemente grasa tienes que ser capaz de reconocerlo, es decir, de calibrar la magnitud del problema y colocarlo en su justo lugar, por mucho que te disgusten los brillos y la ocasional aparición de granos, espinillas y puntos negros (sí, es cierto que parecen asomar siempre en los peores momentos, pero sé paciente).

Si tienes la piel extremadamente grasa las molestias son mayores y más continuas, pero la guerra sigue sin ser la respuesta.

¡Ni se te ocurra estar todo el día hurgándote los granos y espinillas, porque lo más seguro es que consigas irritaciones, más infecciones, heridas, marcas y manchas!

Para retirarlos ponte en manos de algún profesional que lo haga en las debidas condiciones higiénicas y de seguridad.

Si tienes continuos problemas de poros infectados, con bultos en el rostro, heridas, etc. deberías consultar con un dermatólogo porque el problema es médico y hoy en día tiene solución. Hay tratamientos muy efectivos (principalmente hormonales) que requieren de un constante seguimiento profesional para evitar posibles efectos secundarios, pero que en las manos adecuadas son seguros y dan resultados espectaculares.

Nunca los hagas sin supervisión y acompañamiento facultativo y no se te ocurra pensar que van a funcionar con cualquier piel grasa (son solo para casos puntuales, diagnosticados, recetados y controlados por un médico experto).

La adolescencia suele ser el momento álgido. No es la mejor edad para tener la cara con brillos y granos de todo tipo, pero se pasará y puedes contribuir mucho a que lo haga más rápidamente.

Algunas mujeres notan un empeoramiento o una vuelta a la piel grasa asociada a cambios hormonales como el embarazo o la menopausia.

Aquí vamos a tratar los problemas de las pieles grasas normales, porque nuestro ámbito no es el médico. Y con normales queremos decir aquellas pieles grasas que resultan molestas, antiestéticas, frustrantes (que quede claro que no son juicios, sino que intentamos reflejar lo que muchas personas piensan y siente respecto a su piel) pero nunca patológicas y/o deformantes.

No todo son desventajas

Mayor resistencia y elasticidad, mejor respuesta a los agentes externos (frío, calor, sol, etc.), un ritmo de envejecimiento más lento y menor riesgo de hiperpigmentación (siempre que te cuides adecuadamente) son algunas de las ventajas de las pieles grasas.

En la mayoría de los casos la producción de sebo tiende a normalizarse o, al menos, a rebajarse mucho, con el paso del tiempo, pero las ventajas suelen mantenerse.

Las pieles grasas tienen más defensas contra el sol y tienden a ser menos reactivas frente a este, se broncean antes y más fácilmente, se queman menos y no suelen irritarse con él. Pero no te confíes, porque también necesitan protección.

Tiene solución

Con el sérum la piel grasa tiene solución

No lo dudes. Hoy en día existen excelentes productos para cuidar y mejorar las pieles grasas. Productos que van más allá del mero apaño cosmético, porque tratan la piel y ayudan a que se equilibre.

Los avances en investigación de ingredientes y en el conocimiento del funcionamiento de la piel y todos sus estratos han supuesto un antes y un después en la cosmética.

Pero es importante conocer el origen del problema y el tipo de productos que debes usar y los que no, bajo ningún concepto, te digan lo que te digan y prometan lo que prometan.

No vas a llegar a resultados espectaculares en un rato, pero si eres constante podrás apreciar grandes cambios permanentes en tu piel.

Además, la cosmética también te proporciona recursos para salir del paso mientras tanto.

Todo son buenas noticias, así que anímate.

Derribando mitos sobre la piel grasa

Se leen y escuchan muchas cosas sobre lo que se debe hacer con este tipo de pieles, muchas son verdaderas tonterías y otras entran en el ámbito de memeces peligrosas, así que repasémoslas.

La piel grasa debe limpiarse a menudo

No, no, no y no.

Tienes que mantenerla limpia, pero eso lo consigues a través de una buena rutina de cuidado. El exceso de limpieza solo conseguirá dejarla indefensa (recuerda lo de la capa córnea y el manto hidrolipídico) y, quizá, aumentar la producción de sebo.

Todas las pieles deben estar limpias, pero necesitan también poder usar y mantener sus sistemas de protección. La exageración, el «fregado» constante, te llevará a multiplicar tus problemas, de manera que puedes provocar que se vuelva más sensible y reactiva.

En el apartado de limpieza entra el uso de exfoliantes, que si bien son perfectos para cuidar este tipo de pieles, como todo, hay que usarlos con moderación y cuidado, como veremos más adelante. Desecha la idea de que exfoliarte a menudo es bueno, porque no lo es.

La piel grasa apenas necesita cuidados

Falso y peligroso.

Que sea más resistente ante ciertos agentes y situaciones no significa que no sea sensible. Normalmente está sometida a una constante inflamación y sus poros más abiertos la exponen más a microbios y otros patógenos.

La piel grasa necesita cuidados constantes adaptados a su condición y necesidades específicas.

La piel grasa no se deshidrata

El sérum como solución de las pieles grasas

Error.

Se deshidrata y precisa que la hidratación esté entre los cuidados cotidianos. La grasa no es sinónimo de hidratación.

Una piel normal y sana está hidratada porque sus glándulas sudoríparas excretan constante y regularmente tanto agua como ácidos que, junto con el sebo, conforman el manto hidrolipídico (¿a que ya te suena? ). Para mantener esta hidratación, la humedad, tiene que existir un equilibrio entre la humedad que se produce y la que se pierde y aquí es donde las hidratantes juegan un papel fundamental, al actuar como pantalla protectora que impide una excesiva evaporación del agua cutánea.

El sebo no se evapora, así que puedes tener mucha grasa y una carencia importante y preocupante de humedad.

Necesitas cremas adecuadas para el día a día, no lo dudes.

La piel grasa y los aceites no deben mezclarse

Otra afirmación fruto de la ignorancia.

El agua de la piel llega principalmente desde dentro, a través de los capilares, es decir, de la sangre, y se evapora paulatinamente. El agua que se pone sobre ella apenas la penetra y puede incluso llegar a secarla más, dependiendo de su composición.

Pero las sustancias oleosas son muy afines con la piel porque esta es definitivamente lipofílica (literalmente, ama el aceite). Los aceites sí pueden traspasar con mucha más facilidad la capa córnea, incluso capas más profundas de la piel, lo que los convierte en vehículos perfecto para llevar hasta esas capas profundas activos que la traten.

Hay aceites perfectos para las pieles grasas, solo tienes que conocerlos y saber elegirlos, porque pueden ser algunos de tus mejores aliados.

El sérum y la piel grasa: combinación perfectaLa piel grasa es una condena segura a padecer acné

No necesariamente.

El acné y todo lo que implica tiene que ver con alteraciones hormonales. Por eso aparece con frecuencia en la adolescencia, en todo tipo de pieles, y luego desaparece, para, a veces, reaparecer en la época de la menopausia en las mujeres. Incluso los cambios de un embarazo pueden propiciarlo o aliviarlo.

Hay pieles acneicas que no son grasas en absoluto y muchas pieles grasas sin acné.

Los poros sucios sí dan lugar a puntos negros, más comunes -pero no exclusivos- en este tipo de pieles, y el exceso de grasa puede estimular el desarrollo de bacterias que devengan en granos infectados. De nuevo un buen cuidado mejora y hasta hace desaparecer estos incordios.

La piel grasa tiene poros dilatados que deben cerrarse

¡Pues no!

Los poros más abiertos son una de las características de este tipo de pieles, pero los poros no se dilatan y se contraen de una forma tan notoria.

Ocurre que, siendo los poros mayores y siendo la grasa un buen «pegamento» para la suciedad y un caldo de cultivo para las bacterias, si una u otras se acumulan en un poro pueden dilatarlo (no en balde la piel es flexible) por acumulación de residuos o por una infección.

Al limpiar la piel o acabar con la infección, el poro vuelve a su tamaño normal, pero eso es todo, así que deja de imaginar tu piel como un campo de cráteres que se abren y cierran al capricho de fuerzas ignotas.

Acepta que tus poros son mayores y que no es ningún defecto, solo otra forma de ser de la piel.

La piel grasa lo es por lo que comes

La piel grasa sí necesita el sérum

De ninguna manera.

Es verdad que la piel es un buen reflejo de nuestro organismo y de su estado, y es cierto que lo que comemos afecta a todo el cuerpo, pero nunca es la causa de una piel grasa.

No obstante, si haces comidas desordenadas y poco saludables, cambiar tu dieta redundará en una franca mejoría del aspecto y la salud de tu piel (y de todo tu cuerpo, sin duda), pero no va a eliminar la grasa. Recuerda que el origen está en la genética.

Curiosamente, dejar el azúcar puede marcar una gran diferencia cuando tiendes a abusar del dulce; las harinas refinadas no son la mejor opción, como no lo es el alcohol, el exceso de carnes rojas y grasa.

Un buen régimen de comidas, con abundancia de productos vegetales frescos y beber suficiente agua al día es una gran ayuda, pero no la panacea.

En este sentido, hay muchas cosas que puedes hacer por tu piel y lo notarás: evita o aprende a lidiar con el estrés, huye de espacios demasiado cerrados y ambientes contaminados, practica ejercicio… Un estilo de vida sano contribuye a mejorar la piel.

Las pieles grasas necesitan cosméticos con alcohol

¡Ni mucho menos!

Aparentemente, el alcohol elimina el sebo, pero es un efecto transitorio. Lo cierto es que es tan agresivo con la piel que consigue el efecto contrario, estimulándola a producir más. Encima, es muy desecante, con lo cual tendrás la piel deshidratada..

No confundas el alcohol etílico o isopropílico, que son los que se usan como desinfectantes (a los que nos referimos con el nombre genérico de alcohol, normalmente) y, a veces, como ingredientes cosméticos, con otros alcoholes que no son tan agresivos, sí se utilizan en cosmética y cuidan la piel al tiempo que sirven de conservantes para las fórmulas.

Para terminar, el alcohol puede formar parte de un suero. Que beneficie o no a tu piel dependerá de la cantidad de alcohol y los demás ingredientes. Como en todo en la vida, es cuestión de cantidad y calidad.

Las pieles grasas y los protectores solares no hacen buenas migas

El sérum mejora las pieles grasas

Definitivamente no, así que descarta esa afirmación.

Ocurre que muchos protectores son muy oclusivos y eso, claro, no es bueno para estas pieles. Pero hoy en día puedes encontrar protectores solares magníficos que no obstruyen los poros, y ningún tipo de piel puede prescindir de ellos.

Así que estamos una vez más ante una verdad a medias: basta con que elijas un producto apropiado para tu tipo de cutis, que los hay.

Las pieles grasas mejoran al sol

El sol tiene un efecto secante sobre cualquier piel, pero no reduce la producción de grasa. Por el contrario, puede estimular un incremento de esta, por las mismas razones que hemos expuesto sobre el alcohol o el exceso de limpieza.

Por otro lado, todas las pieles y, de hecho, todos nuestros cuerpos, necesitan una cierta dosis de sol para estar sanos, pero nunca una sobreexposición.

¿Quieres otro argumento más? La piel expuesta a sol tarda más en cicatrizar, lo hace peor y las cicatrices frescas pueden dejar señales a causa de su acción (granitos, espinillas, etc.).

Cuidar la piel grasa

Sérum y piel grasa, el dúo perfecto

En ocasiones, quienes la tienen tienden a vivirla como una condena que les aboca a estar todo el día pendientes de ella, pero eso no es así.

Un cutis graso necesita los mismos cuidados que los demás, adaptados a sus características concretas.

Nuestra recomendación es que te ciñas a productos hechos a base de ingredientes 100% naturales de verdad.

Muchos exhiben la etiqueta natural con alegría injustificada, porque contienen, además de los ingredientes naturales (que suelen ser escasos en variedad y cantidad de cada uno), siliconas y derivados del petróleo, que si no son buenos para ninguna piel, menos aún para las pieles grasas, que no necesitan compuestos oclusivos.

Así que consulta el INCI (listado de ingredientes) antes de comprar. Esta norma sirve para todas las marcas, da igual lo famosas y reputadas que sean (normalmente los son porque pagan verdaderos dinerales para promocionarse, no porque sean necesariamente las mejores).

La ausencia de perfumes y fragancias es conveniente en cualquier cosa te te pongas sobre la piel.

Aquí tienes los básicos del cuidado de tu piel grasa.

Limpieza

Tener la piel limpia no es tenerla libre de sebo cuando este es parte de ella, te guste o no.

Una piel limpia es una piel sin restos de maquillaje, de contaminantes, de células epiteliales muertas, etc.

Limpia, no desgrasada. La grasa no es suciedad sino la manifestación más visible de un cierto desequilibrio en tu dermis.

Recuerda que no te conviene usar lociones con alcohol.

No frotes la piel por muy resistente que te parezca, para evitar dejarla arrasada e indefensa. Sé suave y todo irá mejor seguro.

Puedes limpiarte con leche y tónico, con jabón o con el producto que prefieras. Basta con que esté indicado para pieles grasas y tenga una composición sensata.

Limpieza extra

El sérum ayuda a las pieles grasas

En este apartado entran tanto las mascarillas como los productos exfoliantes.

Tu piel resiste mucho mejor que otras este tipo de tratamientos limpiadores, pero eso no significa que debas y/o puedas abusar de ellos.

Utiliza uno u otro una vez a la semana. Elige el que prefieras o altérnalos.

Los exfoliantes que mejor te van son los que utilizan ácidos o enzimas.

Los betahidroxiácidos son liposolubles, penetran más en la piel y la limpian más profundamente, descomponiendo y retirando tanto células muertas como el exceso de grasa, de una forma no agresiva y sí muy efectiva. El más utilizado es el ácido salicílico, que es perfecto para pieles con exceso de sebo: limpia, desinfecta, es antiinflamatorio, reduce la secreción de sebo, iguala la superficie cutánea… es una verdadera joya.

No te recomendamos el uso de exfoliantes mecánicos (los que lleva pequeñas partículas de algún tipo que «barren» la piel), pero si estos te gustan, limita su uso a una vez al mes.

En cuanto a las mascarillas, te irán muy bien las de arcillas (hay varios tipos para conseguir diferentes resultados), las de carbón activo y, en general, todas las purificantes hechas con componentes naturales. Hacen una buena limpieza de poros, puntos negros y espinillas.

Aunque puedan no parecerlo, las pieles grasas son sensibles porque suelen estar inflamadas y/o irritadas, así que si notas que alguno de estos tratamientos te incomoda en exceso o te provoca reacciones indeseadas, retíralo de tu cara cuanto antes y no repitas. Escoge otro, porque hay donde elegir, por suerte.

Sérum

Cómo cuida el sérum la piel grasa

Es el producto cosmético diario que más puede hacer por las pieles grasas.

Sus tres características principales, activos potentes, concentración de estos y capacidad de penetración hasta las capas más profundas de la piel, lo hacen único e imbatible.

Tienes que aplicarlo con la piel bien limpia a fin de evitar que arrastre consigo restos de suciedad y otros compuestos. Echa un vistazo a nuestro post Aprende a aplicar el sérum.

Al ser un concentrado, basta con que apliques una cantidad pequeña (el equivalente a entre tres y cinco gotas) para obtener resultados sorprendentes y duraderos que irán alterando la tendencia natural de tu piel y regulándola.

Hay muchos ingredientes magníficos para lograr este fin, y muchos de ellos los hemos visto y analizado en cada producto que te hemos propuesto.

Estos ingredientes no solo cuidarán tu piel sino que la tratarán en profundidad, actuando más como una medicina que como un mero cosmético y logrando lo que ningún otro producto puede conseguir: ir cambiando la tendencia de tu piel desde el origen.

El uso regular del sérum transformará tu cutis.

Puedes usarlo mañana y noche, pero si prefieres hacerlo solo una vez, que sea por la noche, que es el momento en que la piel se repara, así que el sérum estimulará este proceso.

Una de las ventajas de la piel grasa es que en ocasiones, si utilizas sérum, puedes prescindir de la hidratante, pero si lo utilizas también durante el día, la hidratante sella la piel, evitando que los agentes externos interfieran con el trabajo del sérum.

Otra recomendación es que algunas noches duermas con la piel limpia pero sin ningún cosmético: agradecerás ese descanso y te servirá para ir evaluando su evolución.

Deja que el suero se absorba completamente antes de ponerte la hidratante.

Hidratación

El sérum ayuda a las pieles grasas

No puedes prescindir de ella. Cuando usas sérums hidratantes o con ingredientes hidratantes puedes obviar la crema hidratante de vez en cuando, pero no como norma. Te explicamos por qué en Conoce las diferencias entre el sérum y la crema hidratante.

Tienes cremas con texturas ligeras y frescas, nada oleosas.

La función de las hidratantes es preservar la capa externa de la piel, fundamental para su salud integral, y hacer de barrera entre esta y el entorno, preservándola de las posibles agresiones.

Además, evita que la piel pierda humedad y, cuando te has aplicado sérum, garantiza que sus ingredientes permanezcan en la piel haciendo su trabajo.

Ya sabes, ingredientes naturales y no agresivos.

Protección solar

Tenemos que acostumbrarnos a usarla a diario, tanto en verano como el resto del año. Hay protectores especiales para pieles grasas, no comedogénicos.

Evita que aparezcan manchas y protege las cicatrices mientras se curan totalmente.

Hay que renovar su aplicación con frecuencia (dos, tres o cuatro horas, depende de cada producto) para que sea realmente efectivo y extenderla con cuidado, asegurándote de que la pones por todo el rostro, el cuello y el escote, si van a estar expuestos al sol. Incluso las manos se benefician de su uso.

En verano debes usarlo en todas las zonas que queden al aire, así que no te olvides del empeine si llevas sandalias.

Maquillaje

El maquillaje es el cosmético más oclusivo, así que cuanto menos lo uses, mejor, y cuantas menos capas, también mejor.

Compra los que no sean comedogénicos y no escatimes en ellos (tampoco hace falta que te gastes un montón de dinero), porque pueden dar al traste con todos tus esfuerzos.

No solo obstruyen, sino que ensucian la piel. Es preferible tener pocos productos pero de calidad.

Límpiate bien la cara y retíralo completamente después de usarlo.

Qué hace que el sérum sea tan especial

Usa el sérum para la piel grasa

El sérum empieza a popularizarse a partir de los años 80 del pasado siglo.

Concebido de entrada como un tratamiento cuasimédico para las pieles maduras, durante los 80 va extendiéndose su uso y en los 90 llega su momento de expansión.

Gracias a los avances en investigación, tanto científicos como cosméticos, el conocimiento detallado del funcionamiento de la piel y de los principios activos de numerosas sustancias, actualmente el sérum puede ser utilizado para corregir y estimular los procesos cutáneos, mejorando ostensiblemente las condiciones de todo clase de pieles y logrando que estas mejoras permanezcan e incluso reviertan tendencias desequilibradas de la piel, rectifiquen defectos asentados (como arrugas o manchas), etc.

Hasta entonces se concebía la piel como un órgano externo y se trataba como tal, pero al profundizar en cada una de sus capas hemos llegado a saber lo compleja que es y así comprender de qué manera trabaja y cómo puede ser ayudada desde fuera cuando lo necesita.

La piel es un órgano muy sofisticado que posee sistemas perfectos y sutiles de defensa, regeneración constante, mantenimiento, limpieza, etc. y que está sometida en todo momento a agentes desestabilizadores tanto internos (alteraciones hormonales, dieta, estados de ánimo, enfermedades, tratamientos…) como externos (polución y contaminación, frío y calor, sequedad y humedad, traumas, etc.).

Poder acceder a los estratos más recónditos de la piel es lo que hace que este cosmético sea único.

Esto lo consigue gracias a que está formado por moléculas muy pequeñas, que traspasan fácilmente la barrera de la epidermis y pueden sumergirse hasta el fondo.

Ingredientes que son vehículos perfectos para lograr esto por su alta capacidad de penetración, sumados a activos muy potentes y concentrados y la ausencia de todo componente que no tenga una finalidad que podríamos calificar como «curativa» son las características que distinguen a los sérums del resto.

Así, han llegado a ser imprescindibles en el cuidado de todas las pieles, sea cual sea su tipo o tengan el problema que tengan.

Su consumo no hace más que crecer y eso es debido a los resultados que puede demostrar.

Existe una carrera sin fin entre las marcas cosméticas (sobre todo las más conocidas, que gastan al año ingentes cantidades de dinero en la promoción de productos que no suelen estar a la altura de su fama ni justificar sus precios), carrera que muchas veces es la única explicación a algunos movimientos de marketing que no tienen realmente demasiado sentido desde el punto de vista de la salud cutánea.

Pero también hay empresas cosméticas que saben que pueden fabricar y vender productos de calidad a precios razonables y que investigan sobre nuevos ingredientes (generalmente naturales) y cómo afectan a la piel.

No todo vale en cosmética, y eso lo deja claro hasta la legislación, que -concretamente en la UE- prohíbe algunas sustancias, limita (no tanto como debería, también es cierto) el uso de otras y ejerce un control cada vez mayor sobre todo lo que nos llevamos a la piel.

En este sentido es importante evitar utilizar simultáneamente productos con ingredientes potencialmente tóxicos, cuyo porcentaje está regulado legalmente, pero de forma individual: si te pones varios a la vez, superarás con creces la proporción segura.

Sérums y otros concentrados

Lo mejor para la piel grasa es el sérum

 

Bajo estas características existen hoy en día varios tipos de productos y es bueno distinguirlos porque su uso es diferente en cada caso.

Todos comparten las principales señas de identidad del sérum (penetración, concentración y potencia) pero trabajan de forma diferente.

Veámoslos.

tratamientos de choque

Su función es la de proporcionar un tratamiento enérgico pero puntual para reparar algún aspecto concreto de la piel.

Aunque dan buenos resultados, no deben utilizarse durante períodos largos de tiempo, porque son más concentrados y potentes que los sérums de uso diario y se corre el riesgo de irritar la piel y/o tener otros efectos adversos.

Si con un solo tratamiento (que suelen durar entre dos y cuatro semanas) no consigues mejorar o resolver el problema, deberás darle a tu piel un descanso de al menos la misma duración para volver a utilizarlos.

Además, la piel necesita un respiro para asentar los cambios y adaptarse a ellos.

Suelen presentarse en ampollas individuales de una sola dosis porque su alta concentración de activos los hace especialmente sensibles a los agentes externos, y en un solo envase podrían degradarse en poco tiempo.

Boosters

Están ahora mismo de rabiosa actualidad.

El nombre significa, más o menos, intensificador y también, en medicina, dosis de refuerzo. Cualquier de las dos acepciones cuadra a esta línea de sérums especialmente intensos.

Se presentan normalmente en un envase único, no en monodosis.

La idea es usarlos para intensificar alguno de los efectos de un sérum, porque tratan un único problema.

En principio el orden de aplicación sería primero el booster y luego el sérum, pero si este es más ligero, menos denso, cambia el orden: un sérum que penetre bien ayudará al booster a hacer lo mismo.

Son muy concentrados y no deben utilizarse durante demasiado tiempo. Si tienes varios frentes abiertos tendrás que utilizar un booster para cada uno, mejor de uno en uno que varios a la vez.

Son tan potentes que pueden irritar la piel o provocar otras reacciones si abusas de ellos o utilizas más de uno simultáneamente.

También puedes poner un par de gotas en la crema antes de aplicártela.

Tratamientos flash

También el nombre da una idea de su objetivo, que no es otro que proporcionar a la piel una alta dosis de activos para que luzca espectacular en pocos minutos y el efecto dure horas.

De nuevo estamos ante un producto más potente y concentrado, ideado para un uso puntual y esporádico, lo que no significa que no puedas usarlo durante dos o tres días consecutivos, pero sí que no debes abusar por las mismas razones que las explicadas con los boosters.

Por tratarse de un tratamiento inmediato y de corta duración, no sirven para problemas concretos, sino solo para darle a la tez un aspecto inmejorable durante un tiempo limitado.

No acabarán milagrosamente con tu acné o las manchas, pero sí harán que tu piel parezca más joven, lisa y luminosa.

Y por las mismas razones que con estos, se venden en envases monodosis.

Recuerda que el abuso puede traerte problemas.

sérums

Elige un sérum para tu piel grasa

Cómodos y fáciles de usar, los hay para todos los gustos, para tratar cualquier piel en cualquier momento y también para prevenir problemas o alargar la vida de nuestra piel ayudando a mantenerla joven, sana y radiante por más tiempo.

Son de uso diario. De hecho, lo ideal es utilizarlos dos veces al día, mañana y noche, e incluso alternar diferentes sérums en cada momento.

Por la noche, mientras descansamos, la piel no tiene que defendernos de las agresiones externas y aprovecha para hacer un exhaustivo trabajo de puesta a punto, así que es un momento idóneo para apoyarla con un suero que intensifique ese trabajo.

Además, existen sérums cuyo uso no es adecuado durante el día, al contener ingredientes fotosensibles y/o fotosensibilizadores.

Si te da pereza o no tienes tiempo para usar un sérum dos veces al día, elige la noche para hacerlo.

Otro truco para gente con prisa es añadir algunas gotas a la hidratante. No es perfecto, porque no es igual de efectivo, pero es mejor que no utilizar sérum en absoluto.

Desde luego es nuestro favorito porque siempre cuida la piel y no supone riesgo alguno si utilizas el adecuado, poniendo atención a los ingredientes.

El único peligro es que tengas una alergia o la piel sensible ante determinados componentes.

Si te das cuenta, todos los productos de los que te hemos hablado son sérums en esencia y comparten con estos los rasgos que los definen y diferencian del resto de productos cosméticos.

Los mejores ingredientes para pieles grasas

Actualmente la lista de posibles ingredientes es tan basta que no es posible registralos todos aquí, así que haremos un repaso resumido por los que son mejores, agrupándolos según su acción sobre las pieles grasas.

No te recomendamos más que los de origen natural, porque los derivados del petróleo, las siliconas y otros sintéticos artificiales no son recomendables nunca.

Entre otros motivos, porque son muy oclusivos, y tú necesitas todo lo contrario: elementos que limpien y despejen la piel, previniendo además la acumulación de desechos y la proliferación de microorganismos.

Y pueden llegar a ser muy tóxicos (no olvides el problema de la acumulación).

Hay que aprovechar la capacidad de penetración de los sérums para transportar a las capas más profundas de nuestra piel solo los mejores activos, evitando todo lo que pueda dañarla de una u otra forma.

En Nuestros mejores sérums para piel grasa analizamos los que más nos han gustado y te contamos por qué.

Reguladores del sebo

Utiliza el sérum para la piel grasa

Son los que a medio y largo plazo irán corrigiendo la tendencia de tu piel a producir un exceso de grasa.

Por suerte hay muchos: aceites vegetales, aceites esenciales, el aloe, la quinoa, varias vitaminas, el ácido hialurónico, la coenzima Q10

Algunos lo son por sí mismos y otros, sin serlo, actúan como tales, al hidratar y nutrir la piel sin engrasarla, proporcionando un medio ideal en el que tu dermis deja de recibir mensajes de escasez de lubricación, que es una de las causas (pero no la única) de la sobreproducción sebácea.

De una forma u otra, todo ingrediente que equilibre la piel tendrá un efecto beneficioso sobre este punto.

Ácidos

Desde vitaminas como la A, la C y la E hasta los BHA (beta hidroxiácidos, ya mencionados).

Su afinidad con la piel y el sebo los hace perfectos y su efecto suavemente exfoliante actúa como un profundo limpiador de los poros, que en las pieles grasas tienden a ser mayores y a acumular residuos y a ser crear un caldo de cultivo para infecciones.

Los ácidos disuelven tanto la suciedad como las células epiteliales muertas y ayudan a retirarlas, en colaboración con los propios sistemas de limpieza de la piel, que pueden verse superados.

Además, contribuyen a ir igualando la superficie del rostro, haciendo desaparacer las irregularidades, las marcas y hasta las manchas, dejándolo uniforme, suave y radiante.

Antiinflamatorios

Puede no parecerlo, pero las pieles grasas suelen estar inflamadas y no solo a causa de los granos, el acné y los poros sucios o infectados.

En realidad, la piel es un órgano muy resistente y a la vez muy sensible. La constante exposición a factores externos, sumada en muchas ocasiones a factores internos de todo tipo, hacen que tenga tendencia a inflamarse, que es una de las primeras reacciones defensivas de nuestro organismo ante el desequilibrio y/o los patógenos.

Por lo tanto, los ingredientes antiinflamatorios son fundamentales y, curiosamente, la mayor parte de los que son indicados para la piel, sea cual sea su función, suelen tener entre sus principales características la de reducir significativamente la inflamación, que está ahí aunque no la percibamos siempre.

Calmantes

Los procesos inflamatorios suelen cursar con irritación, escozor, picor y otras molestias a las que podemos estar tan acostumbrados que apenas las notemos.

Pero los ingredientes calmantes relajan la piel y contribuyen a su mejora.

Hidratantes y humectantes

Las pieles grasas y los sérums juntos

La hidratación juega un papel básico en la salud cutánea. Una piel sin los niveles adecuados de agua es una piel con muchos y serios problemas.

El agua que necesita la toma del organismo, así que mantener una correcta hidratación mediante la ingesta de agua, zumos, infusiones, etc. es algo que todos deberíamos hacer.

La piel no es solo lipofílica sino que es prácticamente impermeable al agua, es decir, que aportar agua en su superficie tiene poco sentido. Es más, el exceso de exposición al agua puede resecarla.

Por lo tanto la función de los cosméticos no es añadir agua sino impedir que la que hay y debe haber se pierda por evaporación, un proceso natural que depende de un delicado equilibrio entre el organismo, la piel y el entorno.

Las pieles grasas no tienen más hidratación, solo más sebo, y muchas están deshidratadas.

Sin embargo los niveles adecuados de humedad ayudarán a reducir la producción natural de sebo, ya que el exceso puede deberse a la escasez de agua en la superficie, que deja la piel indefensa y frágil, por lo que esta reacciona enviando más grasa para suplir la carencia.

Astringentes

Son los ingredientes que inhiben la producción de sebo y «resecan» la piel.

Pero no creas que son la solución, y no debes abusar de ellos ni usar sérums (o cualquier otro producto) que sean excesivamente secantes, si no quieres tener un efecto rebote, ya que la piel reseca reaccionará aumentando la secreción de grasa.

Desinfectantes

Perfectos, como es fácil imaginar.

Muchos ingredientes naturales lo son, sin ser agresivos y sin implicar la posibilidad de efectos adversos, resultando perfectos para eliminar y evitar infecciones de diversos orígenes.

Cicatrizantes

A la vez que aceleran la cicatrización de las heridas, marcas y demás, muy comunes en las pieles grasas, sirven para evitar que las cicatrices se hagan permanentes.

Estimulantes del sistema autoinmune

Ayudan a la piel a protegerse y defenderse de patógenos, reforzando sus defensas.

Fotoprotectores

El sérum cuida las pieles grasas

Es sabido que el sol en exceso es uno de los mayores enemigos de la salud de la piel, provocando un prematuro envejecimiento, la aparición de manchas y haciendo que las cicatrices permanezcan durante más tiempo o, incluso, no desaparezcan, así que la protección es muy necesaria.

Los sérums no pueden actuar como un protector solar, porque no tienen efecto pantalla, pero sí pueden estimular las defensas de la piel y evitar que esta reaccione a los rayos UV.

Aprovechamos para recordarte que si quieres preservar tu piel no puedes prescindir del protector solar a diario.

Regeneradores

Son activos que estimulan los procesos de renovación celular, que abarcan todos aquellos por los que la piel se restaura constantemente.

Estos procesos son muy sutiles y fácilmente pierden el equilibrio. Además, el paso del tiempo tiende a hacerlos menos efectivos.

Los ingredientes adecuados, en este caso como en todos, no solo mejoran la piel sino que inciden directamente en sus procesos y su metabolismo, regulándolos y favoreciendo que funcionen mejor durante más tiempo.

Es importante que conozcas estos tipos de ingredientes y los busques en la composición del sérum o los sérums que elijas, procurando que tengan una proporción armoniosa.

Por otro lado, conocerlos te servirá si en algún momento te planteas la posibilidad de hacer tu propio sérum casero. Tienes toda la información que necesitas en nuestro artículo Puedes hacer tu sérum casero para pieles grasas.

Comprobarás que los compuestos naturales suelen tener una cantidad relevante de varias de estas propiedades, así que no hace falta que un sérum contenga un listado infinito de ingredientes.

Eso sí, el cambio no será inmediato.

Por mucho que creas sufrir con tu piel grasa, lo cierto es que no es más o menos problemática que otros tipos de pieles (hablamos siempre de pieles grasas cuyo principal problema es estético y no médico, claro).

Para ver mejoría tienes que cuidarla a diario y con productos adecuados: la constancia te dará los resultados deseados.

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