¿Te has planteado alguna vez la posibilidad de hacer tus propios cosméticos?
El sérum es uno de los más fáciles de hacer en casa, siempre que cuentes con las materias primas adecuadas y sigas las instrucciones como se indican.
Si finalmente no te decides y prefieres comprarlo ya hecho, tenemos nuestra selección aquí: Estos son los mejores sérums faciales antiedad.
Contenido de la entrada
Por qué un sérum facial casero
Son muchas y diversas las razones por las que la gente se decide a hacer sus pinitos en cosmética casera:
- Por pura diversión y afán de investigación. Es como hacer pociones mágicas pero estas son reales, las puedes utilizar y disfrutar los resultados. Hay personas que empezaron por amor al arte y curiosidad y hoy en día son realmente expertas en el asunto.
- Para tener productos hechos a medida de sus necesidades concretas.
- Por desconfianza hacia los productos del mercado.
- Para controlar la calidad de los ingredientes.
- Para ahorrar. Los sérums tienen fama de caros pero esta fama no es del todo merecida, porque cunden mucho y se usa muy poca cantidad cada vez. Aún así, siempre será más económico hacerlo en casa.
Sea por el motivo que sea, lo cierto es que cada vez más gente se apunta a hacer su propio sérum casero y la tendencia sigue siendo alcista.
Tener claros algunos conceptos
Parece de cajón que si te vas a lanzar a la aventura deberías tener claro qué es un sérum, para qué sirve y qué lo diferencia de las cremas hidratantes, así que vamos con ello.
El sérum es un fluido no graso con gran poder de penetración y realizado a base de ingredientes muy potentes y concentrados. ¡Ea! ?
Está formado en su totalidad por moléculas pequeñas que traspasan la barrera de la epidermis sin encontrar resistencia y llegan hasta las capas profundas de la piel, donde sus poderosos activos pueden modificar y mejorar el comportamiento de la piel. Algo que ningún otro cosmético puede hacer.
¿Para qué sirve? Para cuidar la piel desde dentro, que es donde pasa todo lo que se refleja fuera, en tu rostro; para corregir comportamientos deficientes de esta; para estimularla, regenerarla y equilibrarla. En resumen, para, de alguna forma, curar la piel y rejuvenecerla.
Y lo consigue.
Para saber más te remitimos a nuestro artículo Todo sobre el śerum.
No sustituye a la hidratante porque ambas tienen funciones diferentes. Si el sérum está destinado a tratar la piel, la hidratante está destinada a protegerla y conservarla, básicamente.
Las moléculas de las cremas son mucho mayores, no pueden traspasar la barrera cutánea pero forman a su vez una capa protectora sobre esta, aportándole los ingredientes que necesita para realizar su trabajo de conservación y defensa.
El śerum se aplica antes que la crema y la crema evita que los ingredientes del sérum se dispersen, proporcionando un entorno ideal para que aquel haga tu trabajo sin interferencias.
Así que no son lo mismo pero ambos son necesarios si de verdad quieres que tu piel esté perfecta. En Conoce las diferencias entre el sérum y la crema hidratante te lo explicamos detalladamente.
Qué necesitas para hacer sérum facial casero
Es posible que lo de ingredientes potentes y concentrados te haga pensar en un laboratorio sofisticado y lleno de tecnología fuera de tu alcance.
Seguro que los de las marcas cosméticas son así, pero para hacer sérum en casa no te hace falta más que un equipo básico: los ingredientes que vamos a utilizar no son peligrosos y no necesitas un conocimiento profundo de química, aunque sí prudencia, sentido común y seguir las instrucciones.
Ingredientes
Te vamos a proponer sérums hechos a base de aceites vegetales y esenciales, que son muy sencillos pero dan unos resultados increíbles.
¿Te apetece algo más arriesgado? Tenemos la receta de un magnífico suero de ácido hialurónico y vitamina C.
Los aceites vegetales son perfectos para la piel porque esta se lleva con ellos mucho mejor que con el agua. De hecho, los productos con base acuosa necesitan también ingredientes oleosos para ser efectivos y, por lo tanto, emulgentes, que son los encargados de hacer que con agua y aceite se consiga una mezcla homogénea y estable.
El único inconveniente de los aceites vegetales es que utilices uno que sea comedogénico, es decir, que obstruya los poros, pero ninguno de los que te vamos a proponer lo es.
Los aceites vegetales son muy biocompatibles con la piel y penetran en esta rápidamente sin dejar residuos, por lo que constituyen el vehículo perfecto para cualquier activo, siempre que este sea afín con las sustancias oleosas.
Se denominan aceites portadores, pero lejos de servir solo para transportar los ingredientes activos, aportan muchos beneficios a la piel y, combinados con las esencias (también llamadas extractos) constituyen una mezcla perfecta en la que cada ingrediente potencia a los demás.
Entre sus muchas aportaciones al bienestar de la piel destacamos su alto contenido en ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales; hidratan, regeneran, suavizan, cuidan, protegen, calman, rebajan la inflamación, estimulan los procesos cutáneos y las defensas de la piel (incluso contra los rayos UV), nutren y devuelven elasticidad y vida al rostro.
En cuanto a los aceites esenciales o esencias, es imposible listar aquí todas sus propiedades porque hay una variedad increíble de ellos y cada uno ofrece, en mayor o menor medida, muchas ventajas para el cuidado de la piel.
Son muy concentrados, potentes y volátiles; están hechos a partir de la extracción de activos de las plantas (de una o varias partes de estas) mediante distintos métodos que preservan sus cualidades; los hay que se pueden aplicar directamente sobre la piel y los hay que no, porque son tan intensos que resultan irritantes.
Algunos reaccionan a la exposición solar y deben utilizarse solo durante la noche o bien con un protector con FPS alto (50+).
Si te decides por el śerum de vitamina C con AH tendrás que tener en cuenta los siguientes ingredientes.
La vitamina C es uno de los ingredientes estrella de los sérums, puesto que se ha ganado por sus muchos atributos: es antioxidante, hidratante, regeneradora, estimula la creación de colágeno y elastina, limpia y exfolia la piel, es antiséptica, ligeramente astringente pero no secante, es fotoprotectora, antiinflamatoria, calmante, antimanchas, iguala el tono y la superficie cutáneas, ilumina la tez y mejora el sérum al que se incorpore.
La única pega es que es muy inestable en su forma pura (ácido ascórbico o L-ascórbico): se oxida con facilidad y es muy sensible a la luz, el aire y la temperatura.
Sus rangos de efectividad (en su forma pura, como ácido ascórbico) están entre el 8% y el 20%. Por debajo del 8% apenas tiene incidencia en la piel y por encima del 20% no solo deja de ser efectiva sino que se vuelve muy irritante. Para conocerla mejor te invitamos a leer nuestro post No puedes prescindir del sérum con vitamina C.
El ácido hialurónico es otro de los casi imprescindibles en un sérum. Se trata de un compuesto presente en nuestro organismo con una capacidad casi increíble de atraer y retener humedad (hasta 1.000 veces su peso), lo que lo convierte en un hidratante perfecto.
Pero además, gracias a su consistencia gelatinosa, es un gran densificador y tiene propiedades amortiguadoras, antiinflamatorias, antioxidantes, regeneradoras, etc.
La mayor parte del que tenemos en el cuerpo está en la piel. Con el paso del tiempo el organismo va perdiendo la capacidad de producirlo, pero si se aporta desde fuera no solo sirve para suplir la carencia, sino que estimula al propio organismo a seguir fabricándolo.
También tenemos más información sobre el AH. Mira aquí: Descubre el sérum con ácido hialurónico.
Necesitarás vitamina E (tocoferol) en aceite. Es un formidable antioxidante que cuida la piel y a la vez la fórmula, mejora la hidratación, corrige imperfecciones como las manchas y las marcas.
Para saber todo lo que los antioxidantes hacen por la piel echa un ojo a Así es un sérum antioxidante.
Compra ingredientes de calidad si quieres un sérum de calidad. No tienen que ser excesivamente caros y te van a cundir mucho, pero si te guías solo por el precio puedes tener problemas.
Los aceites vegetales deben ser prensados en frío (pero no necesariamente ecológicos) y tienes que asegurarte de que las esencias son puras.
Material necesario
Vas a necesitar un envase para poner el sérum, de cristal oscuro o de algún otro material oscuro o totalmente opaco, pero que no sea de plástico blando. El tamaño dependerá del sérum que decidas hacer.
Cuenta con que si tiene 60 ml de aceites vegetales necesitarás espacio extra para las esencias. No llenes el frasco demasiado para evitar que rebose cuando pongas el aplicador o el gotero (este ocupa más espacio que el airless).
Busca uno con un aplicador de bombeo airless mejor que con gotero. Los sérums envasados deben estar protegidos de la luz, pero también de la exposición al aire y del contacto con la piel.
Hazte con un embudo pequeño, mejor si es de acero inoxidable; un gotero de cristal; un par de cucharillas medidoras de acero o de cristal, nunca de plástico.
Por descontado que debes tener las manos limpias, y lavar y secar bien todo el material antes y después de trabajar.
Pon especial atención a los aceites esenciales irritantes, procurando que no entren en contacto directo con tu piel. De ocurrir, retíralos rápidamente con un poco de aceite vegetal (el agua no mezcla bien con las esencias y no puede retirarlas bien).
Reserva un espacio para guardar los ingredientes que sea oscuro, seco y fresco, ciérralos bien y te durarán mucho tiempo.
Recetas de sérums caseros
Sérum antiedad
Ingredientes:
- 40 ml de aceite de escualano.
- 20 ml de aceite de argán.
- 10 gotas de aceite esencial de lavanda.
- 10 gotas de aceite esencial de geranio.
- 10 gotas de aceite esencial de bergamota.
- 5 gotas de aceite esencial de árbol de té.
Instrucciones:
En el envase que hayas elegido agrega con cuidado los aceites vegetales: escualano y argán. Usa el embudo para hacerlo.
Añade los aceites esenciales.
Cierra bien y agita para mezclarlos todos.
Beneficios:
El aceite de argán se produce a partir de las semillas del árbol de argán. Es originario de Marruecos, donde se utiliza tanto en la cocina como en cosmética por sus beneficios para el cuidado de la piel.
Es conocido por sus propiedades antioxidantes, hidratantes, curativas y suavizantes y es perfecto para la piel.
El aceite de escualano toma su nombre de los tiburones, de los que se extraía en principio, pero luego se encontró también en las aceitunas y este es el que usa hoy en día.
El escualano tiene algunas propiedades sorprendentes, pero a menudo se pasa por alto a favor de los aceites nutritivos más comunes (jojoba, almendra, etc.). Es antioxidante, antibacteriano y antiinflamatorio, pero, sobre todo, tiene una impresionante capacidad de penetración en la piel, lo que lo hace único para un sérum.
Se agregan aceites esenciales (geranio, bergamota, lavanda y árbol de té) para ayudar a mejorar la piel cansada, envejecida e incluso propensa al acné.
La lavanda es delicada con la piel pero está llena de beneficios para esta: limpia, calma, hidrata, relaja, desintoxica, es antiinflamatoria e hidratante.
El geranio tiene un claro efecto tensor, regenera y regula la producción de sebo,además de aportar un muy agradable olor; la bergamota tonifica, es antibacteriana, limpiadora y exfoliante, pero es sensible al sol, así que es conveniente cambiarla por otro extracto en los meses de verano o dejar este sérum para la noche.
El árbol del té nutre sin engrasar, desinfecta la piel, reduce la inflamación, regula el sebo y equilibra el pH cutáneo.
Este suero es hidratante y muy nutritivo. Devolverá a tu piel elasticidad y firmeza, dejándola más suave y luminosa.
Puedes usarlo como un refuerzo especial una o dos veces por semana o como humectante diario. Si lo usas como suero nocturno, gracias a las propiedades hidratantes del aceite de argán, no necesitarás ponerte crema todas las noches.
Sérum para una piel radiante
Ingredientes:
- 30 ml de aceite de jojoba.
- 30 ml de aceite de semilla de rosa mosqueta.
- 10 gotas de aceite esencial de incienso.
- 10 gotas de aceite esencial de semilla de zanahoria.
- 6 gotas de aceite esencial de mirra.
- 6 gotas de aceite esencial de espino amarillo.
Instrucciones:
Haz lo mismo que te indicamos en la receta anterior.
Ingredientes:
El aceite de jojoba es profundamente hidratante, el más parecido al sebo cutáneo. Posee la capacidad de retener la humedad en la piel, por lo que esta se mantiene hidratada durante todo el día. Actúa como una barrera y protege la piel de los elementos externos, es antibacteriano, antiinflamatorio, suaviza mucho la piel y aporta una gran elasticidad y firmeza.
El aceite de semilla de rosa mosqueta repara y regenera la piel, la protege del sol y de la oxidación, es rico en vitaminas A y C y consigue reparar la piel, devolviéndole un aspecto sano y luminoso.
El aceite esencial de incienso es antiinflamatorio, antimicrobiano, hidratante, astringente, rejuvenecedor y tiene un olor estimulante que ayuda a mejorar el estado de ánimo.
Poco conocido en comparación con otros, el aceite esencial de semilla de zanahoria va ganando fama y adeptos por su magníficas propiedades para la piel. Está lleno de vitaminas que lo convierten en un gran antioxidante, es muy hidratante, antiinflamatorio, regenerante y rejuvencedor. Como el de jojoba, atrae la humedad, dando al rostro un aspecto jugoso y suave.
Con el incienso y la mirra a este sérum solo le falta el oro para convertirse en el regalo perfecto de los Reyes Magos (es un chiste fácil y malo pero no he podido resistirme, pido disculpas ??).
Pero es cierto que este sérum es un regalo para la piel y la mirra tiene mucho que ver: es un gran hidratante, regenerador, nutre a fondo, cuidando especialmente las pieles secas y sensibles (por ejemplo, con dermatitis), pero también es desinfectante y magnífico para pieles grasas, con granos y/o acné. Y no olvidemos su peculiar y maravilloso olor.
El aceite de espino amarillo es otro de los que van conquistando más y más corazones por ser perfecto para todo tipo de pieles. Contiene altos niveles de vitamina C, aceites omega 3 y 6, antioxidantes, vitaminas B y betacaroteno: mejora la elasticidad del cutis, repara y regenera la piel dañada y seca y combate los signos del envejecimiento.
Este sérum corrige muchos signos del paso del tiempo, suavizando en incluso eliminando arrugas, uniformando el tono y la superficie de la piel y dejándola con un aspecto luminoso y descansado.
Sérum regenerador y antioxidante
Ingredientes:
- 30 ml de aceite de jojoba.
- 15 ml de aceite de semilla de rosa mosqueta.
- 15 ml de aceite de semillas de uva.
- 4 gotas de aceite de vitamina E.
- 10 gotas de aceite esencial de lavanda.
- 5 gotas de aceite esencial de incienso.
- 5 gotas de aceite esencial de mirra.
- 5 gotas de aceite esencial de pachulí.
Instrucciones:
Las mismas que para los sérums anteriores.
Ingredientes:
Nombraremos únicamente los que sean nuevos: para los ya vistos nos remitimos a las reseñas hechas en los sérums previos.
Ya hemos destacado las propiedades antioxidantes de la vitamina E.
El aceite de semillas de uva es un potente antioxidante que tiene habilidad de regular el sebo, es antiinflamatorio, hidratante y antimanchas.
Del aceite de pachulí podemos destacar sus propiedades para hidratar, calmar y regenerar la piel, a la vez que consigue relajar los músculos, ayudando a retrasar la aparición de arrugas y a que la piel se vea descansada. Está indicado para todo tipo de cutis, rejuvenece, elimina manchas y equilibra el sebo cutáneo.
Un sérum que mejorará el aspecto general de tu piel pero, lo que es más importante, hará un profundo trabajo de regeneración gracias a su poder antioxidante.
Sérum de ácido hialurónico y vitamina C
Ingredientes:
- 60 ml de agua destilada.
- 1 y 1/4 cucharaditas de hialuronato sódico en polvo.
- 1 cucharada de zumo de aloe vera.
- 1 cucharada de agua de rosas.
- 1/2 cucharadita de vitamina C en polvo.
- 1/8 de aceite de vitamina E.
- 6 gotas de aceite esencial de semilla de pomelo.
Instrucciones:
Puedes usar una batidora pequeña para mezclar el agua con el ácido hialurónico. Si no, bastará con que batas con un tenedor como si montaras una clara de huevo.
Te va a salir una mezcla densa con tendencia a aglutinarse. No te preocupes, es normal porque el ácido hialurónico necesita tiempo para absorber toda el agua. Puedes dejar esta mezcla en la nevera por unas horas hasta que se haga homogénea y sin grumos.
Añade el resto de ingredientes y mézclalos sin batir demasiado o tendrás una sustancia espumosa. Si hay grumos es porque el AH no ha terminado de impregnarse, pero no te preocupes porque desaparecerán cuando lo haga.
Este sérum debes agitarlo antes de cada uso.
Ingredientes:
Ya hemos hablado de la vitamina C , del ácido hialurónico y la vitamina E.
El aloe vera casi no necesita presentación: hidratante, humectante, desinfectante, muy refrescante, regenerador, curativo, cicatrizante, antioxidante… Todo en él son ventajas.
El aceite esencial de pomelo es un antioxidante que no solo cuida la piel sino que sirve para que la fórmula sea estable y dure más tiempo. Aún así, esta receta no tiene una vida muy larga: un mes si la conservas en la nevera o en un lugar realmente fresco y oscuro.
Aplicar el sérum
Hazlo siempre sobre el rostro muy limpio y aplícalo mediante toques con las yemas de los dedos, evitando el contorno de los ojos.
Utiliza cantidades pequeñas de sérum, ya sean unas gotas o una dosis del aplicador.
No olvides el cuello y el escote.
Una vez puesto, sin insistir, frotar ni extenderlo, espera a que la piel lo absorba completamente, lo que no suele llevar más de un minuto, y pon encima la crema hidratante.
¿Sabes? Tenemos un artículo completo dedicado al arte de aplicar el sérum, por si quieres profundizar en el tema y conocer algunos trucos interesantes. Se llama Aprende a aplicar el sérum.
Aunque te parezca que no viene a cuento en este post, déjanos recomendarte que utilices un protector solar sobre la crema, te maquilles o no, para cuidar realmente tu piel y evitar los estragos del sol (no es una exageración).
El protector solar no debes ignorarlo ningún día del año y tienes que recordar renovarlo cada dos horas si estás al aire libre, sin importar si el sol quema o no: la sensación de quemazón y las quemaduras son solo uno de los problemas que el sol puede provocar en la piel.